Es un mes de peregrinación al cementerio, lugar en el cual tener un simbólico encuentro con aquellos que compartieron escenario y a los que se evocan con una indisoluble nostalgia.
Noviembre se viste de luto. Se presenta henchido de flores y de remembranzas.
Es un mes de peregrinación al cementerio, lugar en el cual tener un simbólico encuentro con aquellos que compartieron escenario y a los que se evocan con una indisoluble nostalgia.
Se procede a un pretérito ritual en el que los ausentes cobran un protagonismo especial.
El ser humano tiene la necesidad de aferrarse a la vida, cuidando la memoria de quienes se fueron, para así imprimir en el presente la presencia de los seres queridos que finalizaron su labor aquí entre nosotros.
El hecho de ir cada año y depositar flores en una tumba es un práctica que tranquiliza a quienes la llevan a cabo, es como si el sencillo acto de ofrendar algo tan hermoso como son las flores trocase la última morada física de los ausentes en un lugar más placentero.
Las madres son siempre fieles a esta cita. La pérdida de un hijo les hace tener la necesidad de visitar el camposanto. Son ellas quienes ataviadas con ropas de faena, limpian y adecentan con sumo esmero las lápidas donde están inscritos los nombres de quienes por ley natural debieron sobrevivirlas.
Es una escena que no he visto in situ, pero imagino los monólogos estremecedores que estas mujeres tendrán con sus hijos muertos.
Recordar es una tarea que se hace sin tener que recurrir a un ámbito determinado, se realiza a diario, introduciendo en el presente episodios del ayer, un tiempo que vivimos junto a los que ahora sólo pueden ser evocados con cierta nostalgia.
Para los que conocemos a Jesús y su promesa de vida eterna, advertimos con suma lucidez que la vida es efímera y que nuestro paso por el mundo de los vivos es transitorio, asimilando así, que las visitas al cementerio son simplemente una manera de evocar la muerte, sin otra clara finalidad. Aun así, concibo que debemos ser respetuosos con quienes piensas de forma diferente. Comprendo ambas posturas, respetando tanto la de aquellos que visitan en estos días la última morada terrenal de sus difuntos, como la de quienes comprenden la ineficacia de tal actuación. Lo cierto es que en el mes de Noviembre, al menos los primeros días del mes, el cementerio se convierte en un lugar de retorno, un jardín donde los cipreses observan desde sus cimas como el hombre en un desgarrado intento de inmortalizar los recuerdos recurre al jardín más sereno que existe para depositar flores y lágrimas.
Allí se reflexiona, se medita, se hacen diferentes planteamientos sobre la vida, sobre el más allá. En un lugar tan silencioso se recurre a la memoria, haciendo uso de la poesía y desempolvando la prosa, se expresan los sentimientos con la calidez de un corazón calmado y nostálgico, que olvida la aspereza del día y vuela al pasado junto a quien falto de alma se le otorga un homenaje.
Tras la visita y de vuelta a la rutina, los difuntos vuelven a quedarse solos, plagadas sus tumbas de flores que al cabo de varios días se tornan marchitas.
En el jardín de los muertos, durante una semana al año, el cansino aire de solemnidad y tristeza se camufla con el ajetreo de los visitantes que consiguen que ese lugar por unos días huela a vida.
La conmemoración de la Reforma, las tensiones en torno a la interpretación bíblica de la sexualidad o el crecimiento de las iglesias en Asia o África son algunos de los temas de la década que analizamos.
Estudiamos el fenómeno de la luz partiendo de varios detalles del milagro de la vista en Marcos 8:24, en el que Jesús nos ayuda a comprender nuestra necesidad de ver la realidad claramente.
Causas del triunfo de Boris Johnson y del Brexit; y sus consecuencias para la Unión Europea y la agenda globalista. Una entrevista a César Vidal.
Analizamos las noticias más relevantes de la semana.
Algunas imágenes del primer congreso protestante sobre ministerios con la infancia y la familia, celebrado en Madrid.
Algunas fotos de la entrega del Premio Jorge Borrow 2019 y de este encuentro de referencia, celebrado el sábado en la Facultad de Filología y en el Ayuntamiento de Salamanca. Fotos de MGala.
Instantáneas del fin de semana de la Alianza Evangélica Española en Murcia, donde se desarrolló el programa con el lema ‘El poder transformador de lo pequeño’.
José era alguien de una gran lealtad, la cual demostró con su actitud y acciones.
Celebración de Navidad evangélica, desde la Iglesia Evangélica Bautista Buen Pastor, en Madrid.
Madrid acoge el min19, donde ministerios evangélicos de toda España conversan sobre los desafíos de la infancia en el mundo actual.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.
Si quieres comentar o