Joao Leite: la fe es descansar en Dios

Los que leísteis el libro Cambia de ritmo recordaréis la historia de Joao Leite, el portero de la selección de Brasil allá por los años 80 y uno de los fundadores del grupo Atletas de Cristo. Joao ahora trabaja en la política. Un día, en la cámara de su país, algunos de sus oponentes comenzaron a abuchearle cuando estaba presentando un proyecto de ley. Joao hizo una pausa y anunció con una sonrisa: «Cuando era portero y jugaba en un estadio rival, decenas de miles de personas me abucheaban. Ahora no voy a preocuparme por lo que hagan unos cuantos».

Descansar y no preocuparse, ocurra lo que ocurra. Muy fácil de escribir y parece que muy difícil de llevar a la práctica. Se trata de aplicar lo que creemos, así de simple.

Recuerda que lo que nos mantiene firmes no es el conocimiento en primer lugar, sino la confianza que depositamos en lo que conocemos (¡la fe!). Podemos saber mucho de leyes aerodinámicas y principios de construcción de los aviones y, al mismo tiempo, tener tanto miedo que jamás decidimos subirnos a uno de ellos. De la misma manera, podemos llegar a ser expertos en el carácter de Dios y examinar un texto bíblico de tal manera que asombremos a todos con nuestros conocimientos; pero si lo que leemos no transforma nuestra vida, no estamos confiando en Dios. No nos sirve de nada todo nuestro conocimiento.

Esa es la clave: descansar en el Señor. Es la mejor definición de nuestra fe. Los niños lo entienden perfectamente, porque creen lo que sus papás les dicen y descansan en su cuidado. Resulta curioso que a los niños las dudas comiencen a crecerles justo cuando van adquiriendo más conocimiento y deciden desconfiar de sus padres porque piensan que ya no tienen razón.

Una vez más: ¡descansa en Dios! No intentes controlarlo tú todo. No pienses que Dios tiene que hacer lo que tú le dices. Él es infinitamente bueno, sabio y poderoso para cuidarte. Descansa incondicionalmente en él como un niño confía en su padre...

No necesitas saber totas las respuestas a todas las preguntas. Con el paso de los años comprenderás muchas más cosas, pero la confianza no crece con el conocimiento de las respuestas, sino con colocar todo lo que eres y lo que te sucede en las manos de Dios. Haz lo que puedas, pero jamás intentes arreglarlo todo. ¡Cuántas veces caemos en la depresión por no dejar que Dios cuide de nosotros!

Abandona de una vez por todas tu vida religiosa. Si Dios solo es real para ti los domingos es porque no has comprendido el evangelio. O vive siempre en nosotros, o no sabemos de qué estamos hablando. Puedes argumentar todo lo que quieras, pero la confianza en Dios es la clave. Es más, él nos pide que nos esforcemos en descansar. «Pues el que ha entrado a su reposo, él mismo ha reposado de sus obras, como Dios reposó de las suyas. Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguno caiga siguiendo el mismo ejemplo de desobediencia» (Hebreos 4:10-11).