Los profetas clamaban contra el paganismo de las imágenes. Desde Samuel hasta Malaquías, todos los profetas condenaron la adoración de imágenes.
En un largo texto cargado de sangrienta ironía, el profeta Isaías describe el origen de las imágenes desde que la madera es cortada en el bosque hasta que se la convierte en un dios.
“Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden” (Isaías 44:9).
“El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa.
Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia.
De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él.
Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! Me he calentado, he visto el fuego; y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú.
No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender.
No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?
De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga; ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?” (Isaías 44:13-20).
¿Nos atrevemos hoy a denunciar la adoración de imágenes? Se nos ha hecho creer que esto no forma parte del ministerio de un predicador del Evangelio en los tiempos que corren.
Los profetas predicaban también contra la injusticia social. Los profetas se adelantaron hasta 3.000 años a Carlos Marx y a los globalizadores en su denuncia de las injusticias sociales.
Miqueascensura con vehemencia la práctica de los latifundistas, tan numerosos en el mundo de hoy, que compran casas y campos para aumentar sus posesiones en la comunidad.
“Codician las heredades y las roban; y casas y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad”(Miqueas 2:2).
Amósdescribe un tipo de ricos sin escrúpulos que maltratan y humillan a los pobres:
“Vendieron por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos. Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen el camino de los humildes”(Amós 2:6-7).
¿Cuántos pobres había en el Israel de los profetas? ¿Cuántos pobres malviven en el mundo de hoy? El aumento de la población ha hecho aumentar lógicamente el número de pobres.
Según el Banco Mundial, de los 7.000 millones de personas que poblamos la tierra, la mitad vive con menos de un dólar al día.
Cuarenta y ocho millones de africanos pueden morir de hambre en los dos próximos años.
Naciones Unidas dice que seis millones de niños mueren cada año en el mundo por desnutrición.
La XII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en República Dominicana describió el continente latinoamericano como una población de 480 millones de habitantes golpeados por la corrupción y la pobreza. El 43 por 100 de esta inmensa población –las cifras asustan – está sumido en la pobreza y sólo encuentra como respuesta el desinterés de Estados Unidos.
¿No es hora de que los predicadores emprendamos una cruzada con un mensaje de denuncia y otro de esperanza?
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