Después de Varadero nuestro próximo destino es la ciudad de Cienfuegos, capital de la provincia homónima. La llaman “la perla del Sur”. ¿Lo es realmente? ¿Cuántas perlas tiene el sur de Cuba? Simplifiquemos: toda Cuba, Cuba entera es una perla. La perla de las Antillas.
El nombre le viene a la ciudad de Camilo Cienfuegos, figura emblemática de la revolución cubana junto a Fidel Castro, su hermano Raul, el Che Guevara y el comandante Juan Almeida. Cienfuegos viajaba en el yate Gramma que desembarcó en las playas de la isla para iniciar la batalla contra el dictador Batista. En 1958 dirigió la columna Antonio Maceo que desde Sierra Maestra atravesó Cuba hasta el norte de Las Villas. Nacido en La Habana en 1932, en Octubre de 1959 murió de forma enigmática y prematura. El avión en el que volaba desde Camagüey a la Habana cayó al mar en algún punto del trayecto. Su cuerpo nunca pudo ser encontrado. Cuando le llegó la muerte era Jefe del Estado Mayor del Ejército.
Bien, ya hemos dejado la arena dorada y fina, el mar color turquesa, el cielo azul de Varadero. Nos dirigimos a Cienfuegos. ¿Por dónde vamos? ¡Cuidado! Algunos extranjeros inexpertos recorren kilómetros de más. Regresan a Matanzas y llegan hasta las puertas de La Habana en busca de la autopista conocida como las ocho vías. Hay otro camino más directo. Toma la carretera que va de Varadero a Cárdenas, bien señalizada, pasa por Coliseo, Jovellanos, Pedro Betancourt hasta Jagüey Grande, donde puedes visitar un interesante criadero de cocodrilos. Ya estás en el kilómetro 135 de la autopista que parte de La Habana hasta llegar a Taguasco, unos 380 kilómetros. De La Habana a Cienfuegos, 254 kilómetros. Continúa dirección oriente. Al llegar al kilómetro 172 encuentras un gran cartel a la derecha. Te indica el camino para Cienfuegos y Trinidad. El año 2006 la UNESCO declaró Cienfuegos parte de la herencia cultural del mundo.
Ya estás aquí. ¿Por dónde quieres empezar la visita de la ciudad? Si me preguntas a mí, y teniendo en cuenta todo lo que te hablo de mares y playas, casi puedes intuir la respuesta:
la bahía de Jagua. Dicen los libros de historia que por esta bahía entraron en 1819 46 franceses procedentes de Burdeos, comandados por el franco norteamericano Louis de Clovet para colonizar la zona elegida. Hay quienes afirman que esta bahía es la más bella de Cuba. Decídelo tú cuando termines el largo viaje hasta Baracoa.
No te canses ni sueñes mirando al mar. Cienfuegos tiene maravillas que debes conocer.
Patea el Prado, el más extenso paseo de Cuba. Por aquí verás a mujeres y hombres corriendo para adelgazar, dicen. Bajando por el Prado llegas al
Malecón de la bahía, otro bello paseo, en este caso marino, que se prolonga hasta la animada
zona residencial de Punta Gorda, donde tienes los hoteles Jagua y Palacio del Valle.
¿Fatigado de mirar las olas? Cambia de ambiente. Relájate en la quietud del
Jardín Botánico. Se encuentra a 18 kilómetros de la capital, carretera a Trinidad. ¿Lejos? Tu eres un conductor rápido. Fundado en 1901,
el Jardín Botánico de Cienfuegos ocupa una extensión de 4.500 metros. La colección de plantas supera las 2.000 especies. El francés Pierre Josse afirma que el 80 por 100 de estas plantas no son de origen cubano. Fueron encargadas por el Estado después de 1961.
He leído que la ciudad alemana de Berlín tiene 180 museos. Cienfuegos no alcanza esa cifra. Pero hay dos que no puedes pasar por alto en tu recorrido. Uno es
el Museo Histórico, situado frente al parque José Martí y otro
el Museo Naval Nacional, en la calle 21. Este es el único museo de su género que existe en Cuba.
Hablando de museos, el genial político español Manuel Azaña dijo que el Prado, en Madrid, era más importante que la República y la Monarquía juntas.
Tranquilo, no te quedes en las magníficas salas repletas de obras de arte, pero frías y desangeladas. Dirígete al
parque José Martí, donde dice Antonio García que estuvo el árbol bajo el cual se fundó la ciudad por colonizadores franceses, única en la isla que debe a Francia su origen. De aquí que algunos autores la comparen a Nueva Orleans, en el estado norteamericano de Louisiana, a orillas del río Mississippi. El parque José Martí, centro histórico de Cienfuegos, fue reconocido por la UNESCO el año 2005 como Patrimonio Mundial de la Humanidad. Debe su creación al rico azucarero norteamericano Edwin F. Atkins. En su entorno estuvo la Plaza de Armas y el antiguo Casino español.
El teatro es una escuela de llanto y de risa, dijo García Lorca. A quien no le guste el teatro carece de sensibilidad. Es un gran medio de diversión y de educación. Cienfuegos tiene uno llamado
Teatro Tomás Terry. No pases sin verlo, por favor. Lo encuentras en la avenida 56 y calle 27. Fue inaugurado el año 1900. Aquí cantó el gran Caruso. Sigue en la cultura y dedícale un tiempo al Palacio Ferrer construido por José Ferrer en 1910 como Casa de la Cultura, últimamente ha estado cerrado por reformas.
Sube al
Castillo de Jagua, construido en 1745. Desde aquí tienes una vista espectacular de la hermosa bahía. Ahora baja, baja hasta la playa Rancho Luna y nada hasta cuando quieras en sus apacibles aguas del Caribe o toma el sol tendido en sus finas arenas.
Pero no te quedes mucho tiempo tendido. No es bueno para tu columna. Te reservo dos visitas: una donde entierran a los muertos y otra donde rezan por los muertos. El
Cementerio de la Reina, inaugurado en 1839 con la primera persona muerta, es pequeño, íntimo, ideal para los amantes de una atmósfera romántica. ¿Hay romanticismo en la muerte?
Otro cementerio, el Tomás Arcea, construido en 1926, se distingue por su imponente pórtico.
En estos lugares entierran muertos. En otro, en la calle 29, está el lugar donde rezan por los muertos.
La catedral llamada de la Purísima Concepción. Su construcción, en estilo neoclásico, data de 1870. Es famosa por vitriales franceses de los Doce Apóstoles.
Aunque encuentres placer íntimo en el rezo, es hora de abandonar la catedral. Nos queda un largo camino hasta la provincia de Guantánamo, donde está situada Baracoa.
¿Te ha gustado la ciudad de Cienfuegos? Espléndida ¿no? Pues prepárate para la próxima. Te arrodillarás ante el tempo de la Naturaleza y agradecerás tanta maravilla.
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