Aclaro: Al referirnos a quienes han estudiado una carrera en la Universidad y la ejercen se les suele llamar, casi siempre, profesionales. Yo prefiero calificarles como licenciados universitarios, porque profesional es también el albañil, el carpintero, el fontanero y otros muchos. Existen hasta profesionales de la mafia, de la estafa y del crimen.
A lo que voy.
El año 2006 PROTESTANTE DIGITAL instituyó el Premio Unamuno. Fue creado para distinguir a una persona o institución sin ser de confesión protestante que a lo largo del año destacara por su contribución a la pluralidad de ideas y a la libertad de conciencia. El Premio lleva el nombre del gran pensador vasco, vinculado a la Universidad de Salamanca, por ser considerado amigo de los protestantes, hecho demostrado en libros y artículos.
El Premio correspondiente al 2011 fue concedido a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por su iniciativa al crear y mantener el aula Martín Lutero, de la que es director el catedrático evangélico Enrique Solana.
La ceremonia de entrega tuvo lugar el pasado viernes día 3 de febrero. Presentó el acto Pedro Tarquis, director de Protestante Digital; le siguió en el uso de la palabra el arquitecto y catedrático Solana; el rector de la Universidad, José Regidor García, dio las gracias en un breve y emotivo parlamento al recibir la estatuilla simbólica del Premio de manos de Pedro Tarquis. Concluida esta parte protocolaria presenté la conferencia que se me había pedido sobre EL TRÁGICO SENTIMIENTO RELIGIOSO DE UNAMUNO.
Despedidos todos, Solana y un grupo de amigos suyos nos invitaron a Tarquis y a mí a degustar una típica cena canaria en un restaurante situado en la parte vieja de la ciudad. Sentado junto a Solana, pregunté quiénes eran los demás que estaban presentes. Esta fue su respuesta:
“De los once que estamos aquí, nueve son licenciados universitarios que ejercen distintas carreras. Todos son evangélicos”.
¡Bravo! El conocimiento no apaga la fe cuando esta arde con fuego divino en el corazón humano. No estuvo acertado Amado Nervo al decir que el conocimiento aleja de Dios. Él, que era creyente, sabía que el cerebro está dotado de facultades maravillosas. Es capaz de retener la grandeza de Dios y de albergar los más profundos dictados de la razón, sin que un sentimiento excluya al otro.
En mi último libro (350 páginas), UN PROTESTANTE EN LA ESPAÑA DE FRANCO, escribo y describo los años de persecución contra nosotros, primero en las ciudades que se adhirieron al golpe de Estado en 1936 y a partir de 1939 en toda España, hasta bien entrados los años sesenta. Como comunidad doliente y sufrida, el remanente con ciudadanía en los cielos se veía privado de los derechos aquí abajo en la tierra.
En nuestras iglesias había muy pocos licenciados universitarios porque a los jóvenes de confesión evangélica se les ponían mil y una dificultades para ingresar a la Universidad. A Dios gracias y gracias también a quienes batallaron para dar la vuelta a aquella situación y lograr la libertad religiosa que hoy disfrutamos, centenares, tal vez miles de jóvenes evangélicos estudian hoy carreras universitarias.
A ellos corresponde poner en marcha programas para divulgar la fe evangélica entre sus compañeros de Universidad. La organización
Grupos Bíblicos Universitarios, la más conocida, pero no la única, lleva años haciendo un trabajo efectivo dentro de la Universidad. Pero la tarea no ha de quedar encomendada a estos movimientos paraeclesiásticos.
Toda la Iglesia, todas las iglesias deberían involucrarse en esta importante labor evangelizadora. Capacitando espiritualmente, creando conciencia de apóstol a los miembros universitarios que ya estudian carreras: licenciados en filosofía, abogados, economistas, médicos, farmacéuticos, arquitectos, ingenieros, biólogos, físicos, geólogos, matemáticos, químicos, informáticos y demás etcéteras.
De todas estas carreras tenemos hoy en nuestras congregaciones. Deben ser acreedores a una atención especial por parte de los pastores y otros líderes de la Iglesia. Mantener con ellos reuniones al menos una vez a la semana con estudios apropiados. Viven en otro mundo. Un mundo plagado de tentaciones, de desafíos racionalistas a los que han de dar respuesta las iglesias.
No puede, no debe quedar aquí la iglesia. ¿Tiene programas para ganar a los licenciados universitarios para la fe cristiana? ¿Proyecta en sus locales conferencias sobre temas intelectuales, haciendo ver que la inteligencia ha sido dada por Dios para preparar en este mundo la vida en el otro?
Sobran libros dedicados a especulaciones bíblicas. Todos dicen lo mismo. Faltan libros escritos desde nuestra perspectiva cristiana dirigidos a la razón, al pensamiento especulativo. Después de todo, como apuntaba Pascal, la última etapa de la razón es reconocer la existencia de un Dios soberano y eterno.
Este es uno de los muchos desafíos que tiene hoy día el protestantismo español.
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