Temas siempre de actualidad. Semana tras semana apuntaré mi bolígrafo a estas y otras manifestaciones del ocultismo.
LA ADIVINACIÓN ENLOS TIEMPOS ANTIGUOS
“La adivinación suple todo lo que el ser humano no acierta a conocer por sus propias fuerzas. En primer lugar, el porvenir que escapa a la previsión racional y, en segundo lugar, el pasado y el presente en lo que tienen de inaccesibles”.
Con esas palabras introduce Hans Krofer su libro CÓMO PREDECIR EL FUTURO (1).
Aquí la ambición no conoce límites. Krofer coloca la adivinación en los rincones ocultos de la mente humana y aspira a descifrar los misterios que la envolvieron en el pasado y los cambios del futuro. Ardua tarea. El deseo tan vehemente como baldío de conocer el porvenir, que dio origen a los antiguos oráculos paganos, sigue vigente después de dos mil años de cristianismo.
Conocer el futuro entra en las dimensiones del horror. Supone vivir con los ojos extraviados, sumido en la propia agonía. La página abierta de la vida es bella, pero es más bella todavía la página sellada. ¡Qué manía la de un ser tan pasajero como el hombre, empeñándose en mirar siempre a lo lejos, hacia un porvenir que viene raramente, decía Rousseau.
Pues a eso aspiran los adivinos en el mundo de hoy.
La creencia en las adivinaciones fue un elemento esencial de todas las religiones antiguas, que regularizaron los métodos que debían emplearse para interpretar la voluntad de los dioses. Los historiadores concuerdan en que la adivinación nació entre los sacerdotes caldeos, representantes religiosos de un pueblo originario de la Baja Mesopotamia, que luego se extendió a toda la región meridional de Babilonia, junto al golfo Pérsico. Abraham era oriundo de Ur de los Caldeos. Estamos hablando de unos 3.000 años antes de Cristo.
Los griegosheredaron y perfeccionaron las prácticas adivinatorias legadas por Caldea, Babilonia y Egipto. Grecia llegó a ser el país más pródigo en el ejercicio de la adivinación y el que mayor caudal de videntes tuvo en sus tierras. Los oráculos, tan abundantes, eran considerados como salvadores y protectores, además de vaticinar el futuro. La voz del oráculo era la voz del dios y participaba de lleno en la vida de la comunidad. Uno de los más famosos era el de Delfos, consultado tanto por el pueblo como por la clase alta, especialmente por políticos encumbrados que querían saber qué futuro les aguardaba.
La ciudad sacerdotal de Delfos, también santuario de Apolos, se enseña hoy a los turistas que visitan la siempre fascinante Grecia.
En la Roma antiguala adivinación estaba al servicio del Estado, pero nunca llegó a revestir la importancia teórica de la adivinación griega. Uno de los oráculos romanos más recordados es el de la fuente Aponina, cerca de Padua. Cuando Constantino el Grande se hizo con el poder en Roma, ejerciéndolo con mano férrea entre los años 306 y 337 de nuestra era, asestó el primer golpe mortal de la adivinación, destruyendo los oráculos y prohibiendo las consultas públicas de los magistrados. En el siglo V, Teodorico I, rey de los visigodos, imitó a Constantino en su persecución de la videncia, mandando encarcelar a los que la protagonizaban y a los que tomaban parte en ella.
La Edad Mediaes testigo del resurgimiento de la videncia tanto en Oriente como en Occidente. La mayoría de los sistemas de la antigüedad volvieron al uso, acompañados de ritos mágicos, especialmente entre los germanos y los celtas.
Luis Alberto Ruiz dice que “
cuando los españoles llegaron a América, todo el sistema de la adivinación se hallaba estructurado enteramente, y tenía carácter oficial. En este sentido, no difería en nada de un ministerio público, como en Grecia, Roma, Babilonia o Egipto. La adivinación era una instancia insoslayable, tanto para un particular como para los jefes, cualquiera que fuese el grado de evolución de cada pueblo. Mayas, aztecas e incas dominaban tanto las matemáticas como las ciencias astronómicas; tenían sus calendarios, más perfectos aún que los del viejo mundo, y su vida espiritual era de tanta evolución y elevación y tan sagrada como las de los pueblos de mayor moral y religiosidad. No eran en absoluto bárbaros, como los conquistadores quisieron hacer creer a sus mandantes; pero su civilización igual fue destruida.
“De todas las naciones precolombinas, fue la región peruana la que había racionalizado o sistematizado más a fondo la práctica oficial de la adivinación, y los predictores constituían una casta o clan jerarquizado”.
“Debe tenerse en cuenta que la adivinación en el antiguo Perú era considerada una forma de lo que llamamos magia. Es así que el adivino era jerárquicamente un mago, un camasca” (2).
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1) Hans Krofer, CÓMO PREDECIR EL FUTURO, Ediciones Dalmau Socías, Barcelona 1987.
2) Luis Alberto Ruiz, HISTORIA DE LA ADVIVINACIÓN, Editorial Kier, Buenos Aires 1988.
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