Si acaso un mero nombre geográfico, Belén, pero eso es todo. Y sin embargo, más allá de la geografía, hay una profunda enseñanza que gira alrededor de Belén en ese libro y que lo vincula con la Navidad.
Existen, al menos, cinco buenas razones que lo demuestran:
- 1.- Belén, en el libro de Rut, es el lugar de la elección. La historia narrada en este libro tiene como protagonistas a dos personas en las que lo que destaca es lo que no destaca: son mujeres, son viudas y una de ellas es extranjera. Es decir, tienen todos los requisitos para ser pasadas por alto, para ser ignoradas. En un tiempo de por sí gris, como es el periodo de los Jueces, aquí tenemos a dos mujeres que van a sobresalir no porque ellas lo pretendan, sino a causa de la elección por la cual Dios se ha fijado en ellas. Aunque para nadie contaban, en ellas dos se centra el peso del relato, aun cuando ni siquiera eran conscientes de que algo grande se estuviera gestando en ellas o por medio de ellas.
Esto nos muestra que Dios no está atado por convencionalismos humanos de ninguna índole, sino que él es libre para escoger a quien quiere. También nos enseña que la elección no se basa en méritos, categoría ni estatus personal. Dios escoge lo pequeño, lo insignificante, tal como se nos dice en otra parte: ´lo necio del mundo escogió Dios… y lo débil del mundo… y lo vil del mundo… y lo que no es´(1). A la vez, también nos muestra que dicha elección no es ambigua ni impersonal sino bien definida y precisa, tal como lo son las dos personas escogidas cuyas identidades concretas están recogidas en el relato: Rut y Noemí.
- 2.- Belén, en el libro de Rut, es el lugar del compromiso. Hay una clase de compromiso cuyos límites están delimitados por el interés. Se trata de un compromiso que cuenta, mide y sopesa los costes y las ganancias, poniendo en cada platillo de la balanza las pérdidas y beneficios; si éstos pesan más que aquéllas hay compromiso, pero si aquéllas son mayores que éstos desaparece. Es un compromiso calculador, porque va adelante siempre y cuando haya algo que sea interesante por medio.
Pero el compromiso de Rut al irse con su suegra a Belén es de otra categoría. Se trata de un sacrificio personal en el que una vida joven decide identificarse, hasta las últimas consecuencias, con un proyecto que humanamente no tiene futuro, como es el caso de Noemí. Esa clase de amor, que Rut manifiesta en Belén, es pálido reflejo de aquel otro amor inefable de quien nos amó hasta el fin, cuando nada atractivo ni atrayente había en nosotros(2).
- 3.- Belén, en el libro de Rut, es el lugar de la providencia. Esta historia comienza de manera aciaga y oscura, de manera que se podría preguntar ¿Dónde estaba Dios en todo esto? ¿Qué sentido tenían estas tragedias? ¿Por qué no intervino para evitar el hambre en Belén, la emigración a tierras extranjeras y las muertes inesperadas de los tres varones de la familia de Noemí? ¡Cuánto sufrimiento y penalidades se podrían haber evitado!
Y sin embargo, ese terrible telón de fondo será el escenario sobre el que Dios compondrá, de manera magistral y silenciosa, la trama sobre la cual está entretejida esta historia. Es decir, vemos en la misma esa capacidad que Dios tiene para ordenar, usar y dirigir el curso de todos los acontecimientos, buenos y malos, hacia un fin que él se ha propuesto en sí mismo. Las circunstancias nefastas, las pequeñas ´casualidades´, la mezquindad de unos, la generosidad de otros…, todo ello, bien aderezado y sabiamente guiado, será prueba evidente de que él está en control de todo, aunque las apariencias digan lo contrario.
- 4.- Belén, en el libro de Rut, es el lugar de la redención. Una de las instituciones existentes en Israel era la figura del redentor (go´el), es decir, el pariente cercano que tenía como función hacerse cargo de la persona que por circunstancias de la vida se hubiera visto envuelta en situaciones de precariedad. Así es como en el relato aparece el personaje de Booz, pariente de Noemí, quien va a asumir la responsabilidad de ejercer tal función. Booz tiene dos ingredientes que lo capacitan para ser redentor: el derecho de sangre y la voluntad de serlo.
De Belén viene precisamente quien es nuestro pariente cercano, al haberse hecho hombre, con la voluntad explícita de rescatarnos, no de tal o cual desgracia temporal o material sino de la desgracia eterna.
- 5.- Belén, en el libro de Rut, es el lugar de la trascendencia. Cuando todo indicaba que estas dos mujeres pasarían sin pena ni gloria por la vida, quedando para siempre sumidas en la sombra del olvido, resulta que van a quedar incorporadas al linaje más ilustre que jamás haya habido. Aunque eran una familia insignificante de un lugar insignificante, se van a convertir en ascendientes de aquel gran rey que fue David y por ende del Rey de reyes que es Jesús, al formar parte de su genealogía.
Aquella noche en Belén, cuando todo hacía presagiar que sería una noche más, lo trivial se convirtió en magnífico y lo corriente se trocó en trascendente(3). Sólo era un nacimiento y sólo se trataba de un niño. Y sin embargo, era un nacimiento único en el que se dio a luz un niño único que venía con un propósito único: sacar de la miseria a los descalificados y hacerlos aptos para formar parte de la más regia y gloriosa estirpe.
Mil trescientos años después de los sucesos acaecidos en Belén y narrados en el libro de Rut, la Navidad, por medio de Jesucristo en Belén, fue la cumbre de la elección, del compromiso, de la providencia, de la redención y de la trascendencia. ¡Gloria a Dios!
1) 1 Corintios 2:27-28
2) Romanos 5:8
3) Lucas 2:13-14
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