Quiero decirte que...

A menudo la encuentro mirándose al espejo con cara de insatisfacción.

Vuelve a repetirse una y otra vez que no posee belleza, dejando que su cabeza se llene de voces que le reiteran lo que ella tontamente cree.

Sé que todo lo que hasta ahora le he podido decir no va a producirle efecto, está tan sumida en sus complejos que no tiene oídos para oír aquello que me afano en repetirle ella sólo escucha una voz vestida de ropas falsas, que con sutileza doblega la verdad hasta omitirla.

Mis consejos llegan a producirle molestar, Pero aún así, no puedo acallar mis palabras, no logro silenciar este deseo de ayudarla , aunque en determinados momentos todo cuanto hago parezca ser totalmente ineficaz y absurdo.

Cuando las voces de su mente abatidas por el cansancio de ese constante ejercicio repetitivo le dan una tregua , la invito a que nos sentemos juntas a tomar una taza de té , y es así , en un ambiente tan propicio al diálogo cuando dejamos de vivir la realidad para fundirnos con los sueños.

En el mundo de los sueños tú mandas, tú llevas las riendas y eres quien diriges unos corceles que no tienden al desboque.

En ese estado de irrealidad, puedes manejar los hilos de la imaginación y transformar el erial de tu vida, en un páramo de belleza inigualable.

Soñamos mientras la vida pasa, deleitándonos con sus acordes, que después de mil veces oídos, no terminamos de entonar correctamente.

Sonrío, porque sé que en ese estado de silencio, ella se siente bonita, galardonada con premios de descanso mental, respiros de sosiego que le permiten vislumbrar una salida.

En ese tiempo en el cual reposamos, tamizo la luz de mis palabras y pronuncio las frases que mi corazón amigo me impulsa a regalarle , las repito con vehemencia , entregándoselas con todo el esplendor de sinceridad que contienen, alejando de su esencia cualquier absurdo secretismo.

Le propongo que cambie su realidad, que deje de sentirse pobre y observe desde su pedestal como las voces de su cabeza la engañan.

La convido a vivir soñando, todo ello, con el firme propósito de hacerle ver, que todo puede ser distinto si somos capaces de imaginarlo de una forma diferente.

A cambio de mi propuesta, ella me pide que le dedique una historia, que la haga partícipe en algunas de mis frases. Como negarle un deseo tan sencillo de cumplir.

Aquí están Todas estas palabras para ti, ofrendadas con su total carga de dulzura , expandidas cual aroma de una flor, una flor amiga que no se cansa de repetirte lo especial que eres.