Buscando al amigo ausente

Hilos teñidos de colores alegres que en su día pintaron el lienzo de tu vida.

Teje una guirnalda de flores, utilizando todas aquellas que crecen en tu jardín y por una vez, olvídate de lo que oscurece el presente y corónate de luz. Atrévete a vivir iluminado, de esta manera hallarás lo que tanto ansías encontrar. Algo que durante mucho tiempo has buscado fuera y que sencillamente se hallaba dentro de ti.

Cuando la soledad te guiñe invitándote a vivir una existencia vacía, desata las trabas que te atan y busca una salida.

Tras la puerta te espera la libertad, un estado que desconoces porque sigues preso, inmóvil, asido de la mano de quien grotescamente te aísla en su juego solitario.

Te faltan las fuerzas, te tiemblan las manos, te escuecen los ojos, se nubla el presente.

Hay mucho que ver alrededor, pero tú prefieres vivir alejado de todo, ocupado en cosas sin sentido, retorcidas imágenes de lo irrecuperable que poseen el poder para hacer de ti un vacuo ser mermado por el dolor.

Quiero que rompas tu silencio, que hables, que grites, que desalojes de ti aquello que te oprime.

Quiero que vuelvas a sonreír, a ser tú y no una marioneta sacudida por torpes manos.

Eres un ser tallado por la vida, creado de un material sencillo pero perfeccionado por el amor de Dios.

Tengo en mi corazón un hueco vacio que sólo tú puedes llenar.

Abandona esa soledad que te cubre y ven a mi lado. Te necesito amigo.