¡Peligro!, llegan las vacaciones

Tiempo de relax, de sosiego. Tiempo para desconectar y conectar. Un período que supone para algunos una bocanada de aire fresco con el que oxigenar la mente; un tanto hastiada de la rutina.

Mientras, para otros, las vacaciones representan un enfrentamiento consigo mismos, con el entorno más cercano. Un conflicto que se genera a la hora de decidir como priorizar las muchas actividades que se desean realizar y con quien o quienes realizarlas.

Parece un tanto contradictorio que un espacio destinado a descongestionar la mente y relajar el cuerpo se convierta en un auténtico sin vivir.

La pregunta que viene al caso es: ¿Sabemos disfrutar de las vacaciones?

Huelga decir que a todos nos agrada tener una fase de descanso, escasean quienes piensen lo contrario, pero, llegado el crucial y ansiado momento de reposar: ¿Conocemos el mecanismo de frenado para detener la máquina que durante casi todo el año impulsa nuestras vidas?

En la actualidad, no sólo se habla del síndrome post-vacacional, también tiene lugar el síndrome pre-vacacional. Dos vocablos para determinar el mismo sinsabor que ejerce una etapa tan necesaria.

Pretender que todo salga a pedir de boca no está en nuestra mano. Es importante plantearse el tiempo de descanso como un periodo en el que vamos a dedicar horas a no hacer nada, viendo el pasar de los días sin prestar atención al reloj. Disfrutando en compañía o en soledad, cediendo el paso al holgazaneo y tendiendo una mano al sosiego.

Es inapropiado pretender hacer en un mes lo que durante el año no hemos sido capaces de cumplir. Las vacaciones no son la etapa más óptima para comenzar a realizar actividades cargantes, es un espacio en que el descanso nos ha de proporcionar la lucidez suficiente para plantearnos proyectos futuros, pero no es el momento oportuno para emprenderlos. Si no somos capaces de desconectar, volveremos a la rutina aún más cansados de lo que estábamos cuando la abandonamos.

Las vacaciones son el lapso perfecto para no hacer nada, dejarse acariciar por el sueño y contemplar muy sosegadamente el lento pasar de las horas. Leer bajo un árbol, caminar por la playa, tomar un refresco mientras cae la noche regalándonos su frescor, acariciar la pausa y vivir durante unos días sin prisas.

Espero puedan descansar, que logren formatear ese fatigado disco duro y dejen en pausa todo lo que acarrea celeridad. Deseo para todos unas muy buenas y refrescantes vacaciones.