Lo que no se ve

Tender a juzgar por una percepción inicial, suele hacernos perder la oportunidad de ir más allá de lo que vemos e indagar en el interior hasta encontrar lo auténtico, aquello que no necesita de envoltorio para ser expuesto.

A diario nos preocupamos por la perspectiva que manifestamos a los demás, queremos presentarnos lo más impecablemente posible para así ser bien vistos y aceptados en un circulo donde prioriza la imagen, el aspecto externo. Pero no podemos olvidar que lo más importante sigue siendo lo que no se ve.

Lo que poseemos dentro de cada uno de nosotros es lo que nos hace realmente especiales, esos dones atesorados en el interior y que al ser revelados desprenden un claro raudal de frescura.

Es importante mantener un físico aceptable, con los matices que cada cual desee añadir, pero sin dejar de cultivar ese jardín oculto que ha de ofrecer frutos diariamente.

Puede que nadie se tome la molestia de elogiar aquello que no se ve de nosotros, pero que la luz interior brille de manera que marque una clara diferenciación.

Podemos subirnos al tren del materialismo y pretender vivir una vida llena de superficialidades, tornar nuestros pensamientos en pos de ideas que carecen de profundidad para vivir así una vida meramente satisfactoria, o por el contrario, decidirnos a asumir el reto de ser distintos dándole a cada cosa su justo valor, tasando la vida con el baremo de Dios.

Lo segundo es mucho más difícil, es un recorrido en plan salmón y con pocos seguidores, sin embargo, refuerza de tal manera tu confianza que aprendes a ver visos de color en un lienzo gris.

Cambiar una sociedad con sus formas y sus conceptos es utópico, pero sí podemos transformar ese pequeño mundo interior que todos tenemos. Valorar lo que está oculto, las virtudes, los principios, las ideas, los sueños. Valorar el contenido más que el continente, ver con una visión nueva aquello que para la mayoría permanece en la invisibilidad.

Si somos capaces de captar la belleza interior, descubriremos en derredor nuestro un universo de hermosura no siempre ataviado de una manera seductora, veremos claramente perlas escondida en ostras.