En esta versión, casi siempre se vierten las formas del verbo griego
proskyneo con el significado correcto de “
adorar” cuando este verbo se dirige al Padre. Sin embargo, para evitar la blasfemia, y aunque el contexto no lo permita, los Testigos vierten este verbo como “
rendir homenaje” cuando la expresión se dirige a Cristo. ¿Y siempre es así? No, pues en la edición de la TNM de 1967 (el ejemplar que yo poseo tiene la cubierta de color verde) se puede observar que no se
limpió del todo lo que para ellos son blasfemias; en el versículo seis del capítulo uno de Hebreos de dicha traducción se afirma lo siguiente: “
Pero cuando introduce de nuevo a su Primogénito (Jesús) en la tierra habitada, dice: 'Y que todos los ángeles de Dios le adoren'". Como era de prever, en versiones posteriores, la Watchtower subsanó el
blasfemo desliz de su particular traducción.
La Biblia de los Testigos afirma que Jesús es
un dios (Juan 1, 1), pero la literatura de la Watchtower matiza que Cristo no es el único Dios verdadero del que nos hablan otros textos de su versión, como los siguientes: "
Yo soy Jehová, y no hay ningún otro. Con la excepción de mí no hay Dios." (Isaías 45, 5 –TNM–)
"¿No soy yo, Jehová, fuera de quien no hay otro Dios, un Dios justo y un Salvador?, pues no hay ninguno a excepción de mí" (Isaías 45, 21 –TNM–). Ante este lío, la propia Watchtower trata de responder a la cuestión:
"Si Jehová es 'el único Dios verdadero', ¿qué clase de 'Dios' es Jesús? (1) ". Esta pregunta es la cabecera de una breve explicación incluida en un manual que publican con el fin de resolver las preguntas más frecuentes que los
evangelizados le pueden hacer a un Testigo de Jehová durante su predicación. Pero el caso es que se puede comprobar en la respuesta del manual que no se contesta a la pregunta en ningún momento. Es evidente que no se puede, por lo que la explicación se sale por la tangente, concluyendo que
"Jehová está en contraste absoluto con objetos de adoración como ídolos, humanos divinizados y Satanás. Todos éstos son dioses falsos”. Bien, pero,
¿y Jesús? ¿Es uno más de estos dioses o es el único Dios verdadero? Definitivamente, no hay respuesta bíblica que desenmarañe esta particular interpretación teológica.
La TNM también recoge el acto
idolátrico de Tomás (que, por cierto, Jesús no condena) cuando éste contempla a Cristo resucitado: “
Pon tu dedo aquí, y ve mis manos, y toma tu mano y métela en mi costado, y deja de ser incrédulo, y hazte creyente”. En contestación, Tomás le dijo: “¡Mi Señor y mi Dios!”. Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Felices son los que no ven y sin embargo creen” (Juan 20, 27-29 –TNM–). Ante esta comprometida situación, los Testigos de Jehová ofrecen una explicación sorprendente al argumentar que,
"para Tomás, Jesús era como 'un dios'."
Yendo más allá de las particulares formas con las que se ha vertido el verbo
proskyneo en la TNM, habría que preguntar al Testigo si
las alusiones bíblicas a Cristo son propias de un dios menor. Bajo esta tesis, sería interesante ver cómo pudieran quedar transcritos algunos versículos referidos a Cristo:
"
Ya no vivo yo, mas vive Cristo, un dios, en mí" (Gálatas 2, 20). "
A Cristo, un dios servís" (Colosenses 3, 24). "
Un dios es el todo y en todos" (Colosenses 3, 11). "
Todas las cosas por un dios fueron hechas, y sin Cristo, un dios, nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En un dios estaba la vida" (Juan 1, 3-4). "
Para nosotros sólo hay un único Señor, Jesucristo, que es un dios" (1ª Corintios 8, 6). "
Yo, un dios, soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14, 6).
Se podrían poner más ejemplos que ponen de manifiesto una teología contradictoria que asegura que, “
en el principio, un dios [Jesús]
estaba con Dios [Jehová]” (Juan 1,1 –TNM–), mientras que, por otro lado, nos encontramos con docenas de alusiones en las que Jehová afirma que "
yo soy Él, y no hay dioses junto conmigo" (Deuteronomio 32, 39 –TNM–). Incluso cuando la TNM opta por términos menos sacros como
honrar, en su versión se equipara nuestra devoción al Padre con la del Hijo, “
para que todos honren al Hijo así como honran al Padre que lo envío” (Juan 5, 23 –TNM–).
El libro de Apocalipsis (llamado
Revelación en la TNM) muestra un Cristo resucitado y glorioso digno de adoración que resulta especialmente incómodo para los Testigos de Jehová:
“'El Cordero que fue degollado es digno de recibir el poder y riquezas y sabiduría y fuerza y honra y gloria y bendición'. Y a toda criatura que está en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, oí decir: 'Al que está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la gloria y la potencia para siempre jamás'. Y las cuatro criaturas vivientes se pusieron a decir: '¡Amén!', y los ancianos cayeron y adoraron” (Revelación [Apocalipsis] 1, 12-14 –TNM–).
Sobre algunas de las alusiones recogidas en Apocalipsis 1, la Watchtower comenta que
"Alfa y Omega eran la primera y la última letras del alfabeto griego. El que Jehová se llamara por esas dos letras recalca que antes de Jehová no había ningún Dios Todopoderoso, y no habrá ninguno después (2)”. Sin embargo, en el capítulo 22 de su traducción aparece un Cristo revestido del mismo título
exclusivo de Jehová: "'
¡Mira! Vengo pronto, y el galardón que doy está conmigo, para dar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin […]. Yo, Jesús, envié a mi ángel para darles a ustedes testimonio de estas cosas para las congregaciones. Yo soy la raíz y la prole de David, y la brillante estrella de la mañana'. Y el espíritu y la novia siguen diciendo: '¡Ven!'. Y cualquiera que oiga, diga: '¡Ven!'. Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida” (Revelación [Apocalipsis] 22, 12-17 –TNM–).
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| 1 | El Jesús de los Testigos de Jehová | |
(1) Razonamiento a partir de las Escrituras. Watchtower, 1989
(2) Apocalipisis... ¡Se acerca su magnífica culminación! Watchtower, 1988, p. 20
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