El tema de los cementerios fue siempre una necesidad urgente de los pocos o muchos protestantes en España desde el siglo XVII. Al ser España nominalmente católica no se preveía el entierro de ningún protestante, pero cuando sucedía los disidentes eran tratados peor que perros.
No se les permitía enterrarlos a la luz del día y en ocasiones fueron echados al mar por no haber un trozo de tierra donde poner su cuerpo. Hay casos de extranjeros enterrados en cal viva a pesar de haber tenido que abjurar de su fe de malas maneras al estar enfermos y acudir a los hospitales atendidos por monjas. Hasta la creación del primer cementerio en Santander, cuya autorización de compra de terreno para cementerio británico protestante fue en 1831, la adquisición no se realizaría hasta 1863 por el Vicecónsul Mr. March y la resolución de los enojosos problemas que surgían en cada entierro.
El cementerio británico de Huelva arranca de 1868 al ser solicitado al Ayuntamiento la construcción de un cementerio para la práctica del culto protestante por el vicecónsul británico Eduardo Díaz Gómez de Cádiz. En 1875 se aprueba el proyecto de obras posicionándolo al lado del cementerio católico. El espacio se haría insuficiente y en 1885 se clausurará y se construirá uno nuevo en la antigua Viña de Torres. En él aparecen personajes como la esposa del doctor Mackay y sus dos hijos.
Otros diferentes panteones representan a las comunidades protestantes que hubo en la ciudad. Por parte alemana, aparecen los Clauss, antiguos cónsules de Alemania en Huelva y consignatarios de buques; el de Weickert y los Fischt, dedicados a negocios de guano; los Dressel, famosos por la elaboración de las salchichas; o los Nielsen. Por parte británica, están los mausoleos de los Morrison (el de los talleres); Sinclair y Haselden (vicecónsules). Mientras que por parte francesa, destaca el del matrimonio Chardenal.
En España han ido desapareciendo los cementerios protestantes ingleses, como el de Bilbao que estaba en el solar que ocupa ahora el Museo Guggemheim. También ha desaparecido el del Puerto de Santa María y el de Sevilla con las mismas perspectivas. Solo quedan en pié el de Málaga, Madrid, Cazoña (Santander), Denia (Alicante), Tarragona, Lujúa (Bilbao), Las Palmas de Gran Canaria, Linares, Riotinto, Tharsis (principalmente escoceses) y Huelva.
El cementerio de Bellavista en la localidad de Minas de Rio Tinto es otra de las huellas de los ingleses por Huelva y donde algunos protestantes españoles fueron enterrados. Hay en él personajes ilustres como el último director general de
Riotinto Company Limited, Charles Robert Julian, o el admirado de don Ramón y Cajal el doctor Robert Russel Ross. El lugar bíblico de Tharsis ( Ayuntamiento de Alosno) también mantiene rehabilitado el cementerio de algunos de los responsables de The Tharsis Sulphur & Copper Company Limited.
EL DECANO DEL FÚTBOL ESPAÑOL
En un país tan futbolero como el nuestro no deja de tener importancia para el protestantismo el que muchos equipos hayan sido formados por protestantes. La llegada a Huelva del
Dr. William Alexander Mackay, verdadero precursor del football en Huelva, y hermano del también doctor y presidente del mencionado Club,
John Sutherland Mackay, decidieron poner en marcha una "
Sociedad de Juego de Pelota", que practicaba los tres deportes típicamente ingleses: Football, Cricket y lawn tennis.
Así pues, dada la situación,
a finales de ese mismo año 1889, los miembros de aquel "Recreation Club", deciden presentarse en sociedad y normalizar al que convinieron en denominar "Huelva Recreation Club", inscribiéndolo en el Registro del Gobierno Civil según la Ley de Asociaciones de 1887.
Sin embargo
ya desde 1878 la Sociedad RTCL fundó el Club Inglés, para el deporte, la cultura y el recreo de su personal del "Staff", del que nació el
Rio Tinto Foot-ball Club, testigo que tomaron en 1914 otro equipo local, Balompié Río- Tinto, nombre que posteriormente intercambio este último Club por el de Riotinto Balompié (compuesto por jugadores españoles). Los ingleses nunca lo federaron como Rio Tinto F.C. puesto que nunca entraron en competiciones oficiales, por estas circunstancias no se ha conseguido aquí en las minas, donde nació el fútbol, el Decanato del mismo en España, al igual que tampoco se preocuparon de inscribir el Club Inglés en el registro de Sociedades Recreativas hasta 23 años después, en 1901.
Pero el "Huelva Recreation Club" no sólo jugaba contra aquel extinto "Club de football de Sevilla", sino que también, lo hacía contra el "Club ingles de Riotinto"
Rio Tinto Foot-ball Club, contra el equipo de football de Tharsis, de Málaga y contra equipos de la colonia británica de Gibraltar.
En 1892 se construye "El Velódromo", primer recinto de España construido para la práctica del Football.
En algún momento de este periodo, W. Alexander Mackay adoptó ya la figura del presidente del Club. Al menos así se extrae de una nota de prensa aparecida en el diario "La Provincia" el día 2 de Febrero de 1899, en la que se celebra la venida a Huelva del Club de Cricket de Lisboa, contra el que el "Huelva Recreation Club" disputará varios Match. El Dr. Mackay ya es referido como "distinguido presidente del Club". En 1904 tendrá lugar la nueva reapertura social del "Huelva Recreation Club" y la Copa Seamen's: el trofeo reconocido más antiguo del Club.
En 1906 el Recreativo de Huelva es el primer club andaluz en participar en "La Copa de SM el Rey". Las noticias llegadas desde Madrid en abril de 1903 sobre la celebración del Campeonato de España de Foot-ball, disputándose una copa donada por el Rey Alfonso XIII, aparecieron en la prensa local onubense con un cierto tono de lamento, y hasta de reproche, instando al Club Recreativo, recientemente desligado del tutelaje del
Seamen´s Institute, a intensificar la preparación para conseguir un equipo que pudiera aceptar el reto de desplazarse a la capital y dejar en buen lugar el pabellón onubense. Sin embargo el club desestimó su participación en 1904 y 1905, al entender que el coste económico era excesivo y el equipo aún no estaba suficientemente preparado, ya que por entonces los únicos rivales con los que se contendía eran los marineros del
Seamen's Institute y el
Club de Riotinto, dado que no había más sociedades constituidas que practicaran fútbol en las provincias vecinas.
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