Dos obras de liberales españoles del exilio, de marcado espíritu protestante, destacan ya a principios del XIX, siendo estelares y ampliamente traducidas:
Cornelia Bororquia, una víctima de la Inquisición de Luis Gutiérrez, y
La Inquisición sin máscara o disertación en que se prueban hasta la evidencia los vicios de este Tribunal y la necesidad de que se suprima de Antonio Puig Blanch.
Los últimos estudios sobre
Cornelia Bororquia consideran la obra del sevillano Luis Gutiérrez como una llamada a la tolerancia y una absoluta reprobación al fantasma de la Inquisición, una carga demasiado pesada para hombres que se quieren sentir libres.
Los personajes principales Cornelia y Vargas son luteranos y por eso la obra que se editó en París en 1801 enseguida pasó a formar parte del Índice de libros prohibidos así como ser traducida al alemán o ser compendiada en forma de coplas de ciego. Su autor, Luis Gutiérrez, era sevillano y había pertenecido a la orden trinitaria que después abandonaría y se establecería en Bayona como redactor de una gaceta destinada a exiliados. Volvería a España entre la gente que acompañó a José Bonaparte y sería apresado y ahorcado aquella misma noche de 9 de abril de 1809 como fraile apóstata.
El otro libro,
“La Inquisición sin máscara”se cataloga como de género polémico, en el que se trata de refutar en pública confrontación todo el conflicto del Santo Oficio. Es un lenguaje dialéctico que tiende a demostrar la tesis propia con los mejores argumentos y se emplea a la historia para buscar pruebas. Puig Blanch aparece como el desenmascarador de una Inquisición que ha ocultado sus vicios y ejercido violencia. Natanael Jontob es el seudónimo de
Antonio Puig Blanch. Este había sido novicio en la cartuja barcelonesa de Montealegre. A partir de 1807 se hace cargo de la cátedra de hebreo en los Reales estudios de San Isidoro de Madrid, para aparecer en Cádiz siguiendo de cerca los debates sobre la abolición de la Inquisición y publicando en 1811 la
Inquisición sin máscara.
Es la obra de Puig Blanch un trabajo de tres meses sin levantar cabeza, ayudado por unos documentos originales muy útiles para su propósito. Dirá Menéndez y Pelayo que no le faltan al autor ni ciencia, ni imaginación ni buen estilo, sin embargo lo descalificará por heterodoxo y deseándole fuese inscrito “más que en los anales de la literatura , en los del pugilato” porque a todos los destroza. Parece ser que tenía buenos documentos originales como el proceso de Olavide y Macanaz y que no solo el estilo sino también la erudición hacen que esta historia supere a la de Llorente. Usará frases arrefranadas como aquella en que define a la Inquisición como “un santo Cristo, dos candeleros y tres majaderos”. Sin embargo, a pesar de la maravillosa obra de calor y nervio para defender sus convicciones dirá: “Yo sostendré constantemente que ni prueba religiosidad hacer la apología de la Inquisición ni impiedad el impugnarla. En lo demás, por lo que a mí me toca, así en ésta como en cualquier otra materia, llevo por máxima evitar como perniciosos los extremos”.
Los estudios sobre migración en Argelia, realizados por el profesor Juan Bautista Vilari, destacan la importancia de los protestantes españoles en la evangelización de los argelinos y españoles emigrados o exilados. Ya en su libro
“Un siglo de protestantismo en España” apuntaba Vilar que algunos de los creyentes de Águilas (Murcia) pudieron haber trasmitido la fe reformada a través de las numerosas migraciones, especialmente en la época de
Miguel Trigo Bustamante, refugiado este en Orán por 1860. De los 184.000 emigrados en Argelia, 114.000 eran españoles.
En Argelia existió congregación evangélica desde los inicios de la colonia, muy especialmente por 1830 en que la Iglesia Reformada Francesa decidió enviar asistencia pastoral. También se enviaban desde Gibraltar evangelizadores anglicanos, también desde Cartagena por las Sociedades Bíblicas inglesas y escocesas, y, más tardíamente, desde Alicante por los bautistas americanos. Cuando los Padres Blancos comenzaron a evangelizar en Argelia encontraron fuerte oposición entre las masas musulmanas y se dedicaron entonces a ayudar con obras humanitarias. Uno de estos Padres Blancos se convirtió al protestantismo –desconozco su nombre- y llevó tras si una congregación de 600 españoles.
Cuenta Vilar que por 1865
Miguel Trigo, que evangelizaba en Orán, fue protagonista involuntario de un incidente, tras la visita de Napoleón III a esta ciudad. Un español borracho insultó a la emperatriz, oyéndolo Trigo y un teniente de coraceros de paso por la ciudad, encontrándose ambos entre la multitud. El teniente y el pastor llevaron al borracho por la fuerza a la comisaría, cuya autoridad condenaría al propagador de los insultos a seis meses de prisión. El cónsul de la ciudad elevaría a Madrid su agradecimiento a estos dos españoles, recomendando al teniente para un ascenso aunque Trigo no sería indultado y tuviese que permanecer aún exiliado hasta la revolución de la Gloriosa. Por estas fechas de 1868 retornarían a España varios de los emigrados protestantes -granadinos y malagueños- implicados en el caso Matamoros, junto con el catalán
Francisco de Paula y Ruet o también el judío protestante
Abraham Benoliel que habían evangelizado en Argelia.
Antonio Sánchez era uno de los protestantes españoles convertidos por medio de Rule que ahora estaba en Tánger y trataba con judíos, algunos de los cuales, como Abraham y Machluf, años después se convertirían al cristianismo y serían ministros cristianos. Quiso visitar Rule a este primer español convertido que se había trasladado a Tánger. El viaje lo había preparado un marinero genovés convertido también por Rule,
Juan García. En la primera reunión en casa de Antonio Sánchez también había dos musulmanes que conocían bien el español y tres judíos.
Allen Francis Gardiner fue uno de los primeros y extraños evangelistas protestantes en Tierra de Fuego (Sur de Argentina) además de ser antes misionero en Sudáfrica, en Nueva Guinea y en Polinesia. Gardiner fue un misionero anglicano británico que tuvo una importante actuación entre los yámana, indígenas del extremo austral de América del Sur.
Junto a él aparecen dos españoles, el joven Federico González y otro joven protestante español llamado Miguel Robles. No conocemos mucho de la vida de estos españoles. El primero parece ser hijo de la primera “mujer bíblica” Margarita Varea, casada en primeras nupcias con un capitán del ejército de apellido González con el que tuvo a Federico González en 1825. Margarita había trabajado como sirvienta en casa de W.H. Rule y después en casa del predicador metodista James Lion por lo que suponemos en su hijo Federico González una esmerada educación en las escuelas de Rule y Lion. Se convertiría con el tiempo Margarita en una mujer conocedora de la Escritura y muy hábil en la controversia.
El 23 de septiembre de 1845
Federico González, con veinte años de edad, se embarcará para el Rio de la Plata, iniciando el trabajo evangelístico en Bolivia. Gardiner había solicitado ayuda varias veces a las Sociedades Misioneras
"Patagonia Missionary Society" (4/7/44) y la también llamada
"South American Missionary" con sede en Brighton, pero estas no aceptaban las ideas del evangelista, ofreciendo él mismo pagar los gastos, si la empresa fracasaba. Así se inició la misión en Bolivia ( 1845 - 47) , hacia donde partió con el español
Federico González.
Las revueltas en la República Argentina no les permitieron cruzar por el río Paraná que estaba cerrado a la navegación. Debían ir al Pacífico pasando por Valparaíso a Cobija y. de este punto se dirigieron a Tarija a donde llegaron el 7 de marzo de 1846. Enfermedades, dificultades, pruebas de todas clases se presentaron en este país a los esforzados evangelistas. Por fin el presidente de la nación daría permiso para instruir en las verdades del Evangelio a los indios que vivían en los límites de Bolivia. Satisfechos de sus trabajos, urgieron a la Sociedad Misionera de la Patagonia la ayuda financiera de solo cincuenta libras pero les envía a otro joven español,
don Miguel Robles. Cambiando la política del gobierno liberal en Bolivia sucedió otro régimen influenciado por elementos clericales que dificultaron la misión hasta que tuvieron que salir del país. Esto fue lo que provocó en el capitán Gardiner el anhelo de volver a Tierra del Fuego, alejado de toda influencia papista
ii, de solo indígenas donde la civilización de España no había llegado, ni la iglesia de Roma.
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i Los españoles en la Argelia francesa (1830-1914) por Juan Bautista Vilar. Editorial CSIC - CSIC Press, 1989; Un siglo de protestantismo en España: (
Aguilas-Murcia, 1893-1979 ...por Juan Bautista Vilar. EDITUM, 1979; Las migraciones españolas a Argelia. Argelia en el ciclo migratorio español contemporáneo. Juan Bta. Vilar;
Le problème de la conversion des musulmans d'Algérie sous le Second Empire. Le conflit entre Mac Mahon et Lavigerie, Emerit M., Revue Historique, 1960;
El Exilio en la España contemporánea: lección inaugural del curso académico ... por Juan Bautista Vilar.
ii Allen Gardiner. El martir de tierra del fuego. Suplemento: Épocas de oración V nº 3 - 'octubre de 1955 .Santiago. Tomado del libro
"The story of Commander Allen Gardiner"; Crónicas del Atlántico Sur: Patagonia, Malvinas y Antártida - Página 97 por Ernesto J. Fitte – 1974;
Presencia del protestantismo en el Rio de la Plata durante ... Daniel P. Monti – 1969;
Cómo fue civilizado el sur patagónico - Página 41 Arnoldo Canclini – 1951;
Historia del Cristianismo en América Latina - Página 670 por Pablo Alberto Deiros - 1992.
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