En el libro citado de "Miscelánea antisectaria" de 1933 se publicaban noticias sobre los ex curas protestantes como estas: "De entre nosotros han salido, pero no eran de nosotros."
AGUSTÍN ARENALES
El pastor protestante de la capilla presbiteriana de San Pablo, en Barcelona, Calle de la Diputación, 38, D. Agustín Arenales, fue sacerdote católico. Dirigió algún tiempo la revista protestante de Madrid, "
España Evangélica" en la cual publica todavía algunos artículos: "Cartas de Barcelona".
En el número 314 de dicha revista, 1927, intentó refutar la Pastoral que el Ilmo. Sr. Obispo de Sigüenza había publicado en el Adviento de 1925 sobre el protestantismo. En una ocasión, a fines del verano de 1926, dijo que acudían a él, pidiéndole consejos, muchos que habían pertenecido a la Iglesia católica, sobre todo sacerdotes y religiosos, por saber que él también había sido "cura" y se lamentaban de la escasez de recursos para atender al socorro de tantas necesidades materiales, asegurando, que si los evangélicos de Barcelona tuviesen algún centro en que pudiesen atender a aquellos disidentes de la Iglesia romana, los que se saldrían de ella serían aún más numerosos. Con bastante frecuencia visita las capillas metodistas y presbiterianas de Barcelona y da conferencias en ellas, el ex-capuchino de Santander
D. José Gorría Ullate.(Firmado: "D. Aguirre de Zabala")
José Gorría fue un intelectual de primera fila, pero prácticamente desconocido. En la revista “El Cristiano” aparece en varios mítines, siendo también escasa la información sobre él. Una nieta que vive actualmente en Francia se puso en contacto conmigo por si tenía más datos de él ya que tenía referencias haber sido un hombre de gran valía.
Narra muy bien Serrano la historia de la conversión de Arenales y que yo como zamorano he conocido de siempre. El obispo de Zamora pidió un voluntario de entre sus sacerdotes para combatir los protestantes de Villaescusa y poder así erradicar la floreciente congregación de aquel pueblo castellano. Se ofreció Agustín Arenales quien incrementó la persecución hasta términos de calumniar a los protestantes y acusarlos ante los jueces. Costosos procesos y días de angustia siguieron en aquel pueblo hasta que los jueces vieron que todo era una difamación. La congregación perdió la mitad de los miembros, pero la lucha de sus pastores, Daniel Regaliza y más tarde Manuel Borobia, por mantener viva la congregación, hicieron que el mismo Arenales reconociera “haber sido un instrumento en las manos del diablo para destruir la obra que Cristo había levantado en Villaescusa”. Un día, públicamente y ante sus feligreses, confesó Arenales ser cristiano evangélico y no romano. La conmoción fue nacional y Arenales perseguido a donde quiera que iba. Él mismo decía: “Hace falta valor, no solo para dejar la ganga de ser cura, sino para sufrir los rigores de dejar de serlo”.
Agustín Arenales asistió en 1912 como delegado de la iglesia de Málaga. Además de varias iglesias en Extremadura, pastoreó en Córdoba y la Iglesia de San Pablo de Barcelona, ambas de la Iglesia Evangélica Española. En 1938 se refugió en México.
De su época como pastor en Córdoba, un republicano (1923), escribió de Agustín Arenales:
En todos los órdenes, incluso en el religioso, revelábase la inquietud de la masa social. Las filas de los protestantes cordobeses nutríanse. Notábase animación en la Capilla de la calle Candelaria. El 29 de marzo de 1917 había fallecido D. Rafael Blanco, y estuvo unos meses de Evangelista D. Francisco Lobo, hasta que vino de Pastor el ex-cura párroco D. Agustín Arenales. Se condujo D. Agustín como hombre inteligente y activísimo. Fomentó la Sociedad de Jóvenes Cristianos, los cuales pasaron del número de 30. Fundó el semanario “Reforma” de atrayente confección y de redacción amena y cuidada. Predicaba sin cansancio en la Capilla, en el Salón de la Sociedad de Jóvenes, y en el Centro republicano, donde a mí me placía que en conferencias o mítines disertase.
Si la gente de por acá no fuese incrédula en el fondo y formulariamente católica, hubiera ganado prosélitos sin número D. Agustín. Pero ¡cualquiera entusiasma a los cordobeses con sutilezas teológicas, como la de si nos basta con la Gloria y el Infierno, o necesitamos, además del Purgatorio!
En suma y para concluir este capítulo, al Mundo entero, y a España y Córdoba con él, sonreía en los finales de 1918 una Aurora de rosadas esperanzas.
(Vaquero, E.
Del drama de Andalucía. Recuerdos de luchas rurales y ciudadanas. Madrid,
Fernando Fe, 1923 citado por Juan Antonio Lacomba en la revista Estudios Regionales, nº 14 (1984), pp. 278-299)
También escribió mucho sobre la libertad religiosa en España en “
España Evangélica” y fundó
EL ATALAYA.- “Revista quincenal eco de la iglesia evangélica española”, publicada desde 1919 a 1920. Se publicó un folleto suyo titulado
“La religión que necesita España”.
Que el nacionalcatolicismo reaccionara contra el pastor Arenales era inevitable.
Bajo el título
Intolerable osadía clerical, el pastor evangélico Agustín Arenales escribía en el mismo diario [diario El Diluvio] tres días después: “ Hora es ya de que esas gentes que se figuran que el mundo ha sido hecho sólo para ellos, que sólo ellos tienen la verdad y que sólo a ellos es debido todo honor y privilegio, mientras que niegan a los demás toda consideración, se les salga al paso con toda la energía que merece su obstinado afán de desplantes y de provocaciones ya imposibles de aguantar. Y que no nos vengan haciéndose las víctimas, porque aquí no hay más víctima que la religión misma, que ellos han hecho odiosa con sus exclusivismos, ni hay más perseguidos que los hombres de alto pensar y hondo sentir y sincero hablar, que tanto han sufrido por no someterse a las fanáticas exigencias del absorbente clericalismo”
(Leído en Església i estat durant la segona república espanyola Escrito por Francesc Vidal i Barraquer, Arxiu Vidal i Barraquer, Miquel.
Falleció Agustín Arenales Ortiz en la ciudad de México el 9 de octubre de 1941, a la edad de 68 años. Había llegado a Méjico en el buque Orinoco, desde Francia. Desembarcó en el puerto de Veracruz el 21 de agosto de 1939 figurando en su ficha de emigrante el título de pastor evangélico.
FÉLIX MORENO
Félix Moreno Astray es uno de los ex curas precursores del regionalismo gallego, que como
Curros Enríquez, aunque no fue clérigo si lo fue regionalista, pasando ambos a formar las filas del incipiente protestantismo.
Los primeros trabajos de Félix Moreno están ligados a la Iglesia de El Redentor y la iglesia de la Santísima Trinidad fundada en 1869 en la calle San Cayetano. En 1870 un grupo de habitantes en Camuñas –Toledo- que estaban de visita por la capital decidieron entrar en la iglesia “El Redentor” en calle Madera Baja y regresaron a Camuñas con un Nuevo Testamento y un grato sermón en el corazón. Al cabo de un tiempo eran tantos los vecinos que se les habían unido que Moreno Astray decidió partir con su familia a Camuñas. La presencia de Moreno en Camuñas fue muy bien recibida por el Alcalde, Luis Villaseñor y republicanos del lugar, quien puso su casa a su disposición. Moreno no perdió el tiempo y empezó a tener dos cultos semanales: uno a mediados de semana y otro el domingo. Su esposa llamada Modesta, bajita como él y también vivaracha, inició la escuela de niños y niñas que pronto llenaron la casa desbordando sus expectativas. El sacerdote del pueblo huyó de Camuñas ante el éxito protestante y vieron entonces los evangélicos la oportunidad de usar aquella iglesia, pero el arzobispo enseguida mandó otro sacerdote.
Sería Federico Fliedner el que al fin pudo dotar a Camuñas de una casa con capilla y escuela, con una casita para el pastor. La Misión de Camuñas iba viento en popa cuando para ayudar a Moreno, llegó el profesor Ángel Digón, quien junto a su esposa se hicieron cargo de las escuelas. Con este refuerzo parecía que el pueblo entero sería protestante, pero la marcha de Digón y la enfermedad de Moreno, impidió que las escuelas y la congregación fuese atendida y enseñada, por lo que las escuelas en vez de crecer menguaron y los pueblos cercanos como Alcázar de San Juan no pudieron ser evangelizados. Hubo algo más que desestabilizó la obra al ser acusados falsamente en 1876 de alteración de orden público. En 1878 dos jesuitas en Semana Santa, hacen procesiones con itinerarios tortuosos con el fin de pasar por delante de la iglesia evangélica y provocar a gente fanatizada para que gritase vivas a la Virgen. Aunque se cerraron todas las puertas y había rejas en las ventanas, se vieron navajas por todas partes. La situación llega al extremo cuando los padres con niños en la escuela se apostan delante de la casa para defenderlos con armas de fuego. La cosa terminó con la intervención del Alcalde y la guardia civil.
Aunque las vejaciones a los protestantes fueron innumerables y tantas al pastor Moreno que alguien que lo persiguió dijo un tiempo después: “Si el señor Astray no ganó el cielo, nadie entra en él”. Moreno Astray pasó a la presencia del Señor el 19 de abril de 1880.
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