Las aportaciones de Daniel Sola[i] a la vida de Antonio Vallespinosa dan mucha luz a la obra de este pastor anglicano.
Solá cita las
Anotaciones de la Historia de Valls de Antonio Vallespinosa escritas por 1884 y también las
Memorias de un protestante español que salieron en diversos números de la revista
“España Evangélica” entre enero de 1930 y diciembre de 1932. No parece haber consultado Solá más fuentes como podrían ser las colaboraciones en
La Reforma, periódico protestante fundado por el pastor evangélico recién llegado a Córdoba, Luis A. Fernández Chacón. Sin una periodicidad definida, se publicó el primer número a principios de enero de 1870, con el lema
Un Dios, Una Fe, Un bautismo. Fue capaz de publicar 24 números, siendo el último número en agosto de 1871. Entre sus colaboradores destacó
Antonio Aguayo así como Antonio Vallespinosa. Tampoco parece haber tomado muchos datos de
El Eco protestante fundado por Vallespinosa en 1869, aunque evidentemente somos deudores de Solá por su premiada contribución a esta semblanza.
En el registro de bautismos de la iglesia de San Juan, Antonio Vallespinosa y Catalá nació el 6 de noviembre de 1832, hijo legítimo de Antonio Vallespinosa y Llopis y de María Catalá y Ribé propietaria de una tienda. Antonio era el segundo hijo de los seis. El primero era Francisco, cuatro años mayor que él, y les seguían Serafín, María, Francisca y la mas pequeña Josefa.
[ii] Aunque el padre era liberal parece que fue él quien influyó para que su hijo Antonio ingresase en el seminario conciliar de Tarragona en 1849. Allí cursaría gramática latina y retórica impartidas por el doctor Valentín Mafiosa y Josep Castells, aprovechando el tiempo para adquirir conocimientos sobre farmacia inculcados por Josep Maria Pelegrí boticario del hospital de Tarragona.
Estudiará Filosofíacon el doctor Pere Arquer y seguiría estudiando farmacia con el doctor Bartomeu Bosomba. Trasladado al seminario de Vic acabaría de estudiar Filosofía bajo la tutela del doctor Ramon Andreu y trabajando de aprendiz en la farmacia de Joaquín Caldevilla.
En 1855 pasará al seminario de Tortosadonde estudiará Teologíabajo la tutela de Pau Foget, trabajando de ayudante de la la farmacia de Rafael Cabrera. Teología dogmática la estudiará en 1857 en el seminario de Tarragona, solicitando la tonsura al año siguiente la cual le daba acceso a la ordenación sacerdotal.
En 1861 sería ordenado subdiácono por el arzobispo Costa y Borras con el aprovechamiento en sus estudios de sobresaliente, pero su vocación sacerdotal calificada de dudosa.
Estas dudas parecen estar motivadas por cierto conocimiento de las doctrinas protestantes durante su estancia en el seminario de Tarragona como el mismo Vallespinosa indica en sus Memorias.Unos tratados en castellano regalados por unos marineros ingleses a su amigo Lorenzo Ral, estudiante externo del seminario, hicieron que despertara a una visión distinta del Evangelio.
Por esta razón las autoridades civiles y en especial las eclesiásticas habían procurado poner en las leyes que toda difusión de la propaganda protestante era un atentado a la religión oficial. Por causa de estas leyes habían incoado expediente criminal a Daniel Evans, capitán de un bergantín inglés que en 1859 había distribuido numerosos tratados de propaganda protestante y cuya acción fue considerada “delito contra la religión”.
Sin embargo
no solo fue el contacto con el Evangelio lo que llevó a su cambio doctrinal, sino que en sus Memorias, Vallespinosa manifiesta cierto escepticismo hacia las doctrinas católicas, en especial la infalibilidad pontificia y la devoción a las imágenes que determinaron su salida del seminario. Otra causa posible era la no admisión al diaconado por su conducta sospechosa, aunque otros autores consideran que tenía una conducta irreprochable.
La huida a Gibraltar, después de abandonar el seminario y su posterior abandono del dogma católico, fue por el sencillo hecho de que los evangélicos entonces estaban diseminados en Cataluña. Los extranjeros integrados en diversas colonias y los autóctonos en pequeños grupos sin un líder de referencia, no podían dar el apoyo necesario a Vallespinosa. Por eso el cónsul británico en Barcelona insinuaría acudir a alguna autoridad eclesiástica evangélica en el Peñón, aunque, según sus Memorias, logró contactar con evangélicos catalanes residentes en Barcelona a través de un amigo farmacéutico, Clemente Nava. Esta congregación había sido formada por Francisco de Paula y Ruet a principios de 1856 y constituía en la clandestinidad la Iglesia Española Reformada de Barcelona. En 1861 esta congregación tenía más de cuarenta miembros y entre ellos estaba el farmacéutico Clemente Nava que le debió aconsejar se pusiese en contacto con Francisco de Paula, entonces desterrado en Gibraltar, para que le ayudase.
Ruet en aquellos momentos no podía ayudarle pero hizo gestiones para asegurarle la subsistencia, aunque
Vallespinosa falto de recursos solicitó ayuda de Mr. Sleeman, reverendo anglicano, quien le gestionó la admisión en el seminario teológico de Saint Adams cerca de Liverpool. Cinco meses estuvo Vallespinosa en Gibraltar, tiempo que aprovechó para difundir sus creencias entre los españoles residentes en la colonia, escribir a su familia y amistades y haciendo que su conversión se propagase entre los vecinos de Valls y el seminario de Tarragona.
El 2 de marzo de 1862 embarcó para Liverpool instalándose en las dependencias del colegio de Saint Adams en Birkenhead (Liverpool), permaneciendo dos años allí, donde aprenderá inglés, estudiará teología, asistirá a los desamparados y viajará a Londres y Dublín por motivos evangelísticos. El viaje a Londres estaba motivado por la Exposición Universal de 1862 que necesitaba pastores que difundiesen el Evangelio a los visitantes españoles y el viaje a Dublín era por la celebración de la convención anual de la
Irish Church Misiones to the Roman Catholics (Misión de la iglesia de Irlanda para los católicos romanos). En esta convención expondría Vallespinosa las dificultades con las que se encontraba la acción misionera en territorio español. Durante su estancia en el seminario protestante de Saint Adams en Liverpool coincidió con dos estudiantes españoles Felix Reig, religioso de Cullera y Miguel Torres seminarista de Tarragona y amigo de Vallespinosa.
Una vez cumplimentados los estudios en el seminario, Vallespinosa fue encargado de establecer una congregación entre los residentes de Londres, bajo los auspicios de Alexander Dallas director de la
Irish Church Misiones to the Roman Catholics, al no haber posibilidades de misionar de una manera inmediata en España. No parece haber tenido mucha afluencia de emigrantes residentes y determinó clausurar la misión y colaborar con Mr. Heffel y Mr. Brown agentes de la
Wesleyan Methodist Missionary Society (Sociedad misionera metodista weslediana) que trabajaba entre los marineros de habla española que desembarcaban en Londres. Tendría más éxito en esta misión al sentir las simpatías de los marineros que preferían escuchar Vallespinosa y no a Mr. Brown. “Preferían mis predicaciones –dice en sus
Memorias- por lo que Mr. Brown se molestó y abrió otra capilla que no fue visitada sino de vez en cuando por algún marinero desconocido”.
Resulta significativo para nuestra historia del protestantismo que este Mr. Brown (
William Thomas Brown) fundase por 1869 con su Misión Metodista, lo que hoy es la Iglesia Protestante de Barcelona-Centro. Con la libertad de cultos y la nueva libertad de enseñanza, W.T. Brown, siguiendo la tradición metodista, fundó un colegio y en 1871 abriría el primer local de cultos en la calle Abaixadores, 10-1. Para los niños tradujo al catalán el
Catecismo Metodista y se afanó en el trabajo de evangelización por toda la ciudad.
En el local, además del templo, había una escuela diaria y una escuela dominical que iría creciendo bajo la dirección de los señores J.R Griffin (1874-1876), Robert Simpson (1876-1884) y J.G. Brown (1884-1896). Mr. Brown durante el sexenio democrático abriría varias iglesias y escuelas metodistas.
El 28 de octubre de 1865 Vallespinosa fue ordenado diácono por el obispo de Gibraltar reverendo Walter John, que se celebró en la iglesia de Franti, condado de Sussex. Su regreso a Gibraltar sería en diciembre de ese mismo año para regentar la congregación española de la Roca, pues Francisco de Paula Ruet estaba en Argel con el propósito de fundar una congregación de emigrantes españoles establecidos allí.
Antes de llegar a Gibraltar en Bayona conoció a Joseph Nogaret quien había fundado en 1856 una sociedad misionera que actuaba en territorio español y que se llamaba
Comité para la evangelización de España. Este
Comité en 1860 había asumido la coordinación del grupo de evangélicos residentes en Barcelona y habían encargado a Manuel Matamoros, evangelista andaluz que había sido destinado a esta ciudad para dirigir la congregación clandestina.
Sin embargo
Vallespinosa no tendría oportunidad de conocer a Matamoros pues fue detenido el 9 de octubre de 1860 en un operación estatal de gran alcance destinada a desmantelar las congregaciones clandestinas en España. A pesar de detener a Matamoros la congregación permanecería en el anonimato lo que facilitaría que Vallespinosa entrase en contacto con la disidencia protestante de Barcelona.
Vallespinosa conoció la congregación de Sevilla formada alrededor de José Vázquez, agente de la Spanish Evangelization Society y por mediación de Mr. Pope, ministro anglicano residente en Sevilla pudiese conocer a José Morán[iii] dirigente de la comunidad sevillana en la clandestinidad y a su compatriota Francesc Puigjaner[iv], residente en Sanlúcar de Barrameda, con quien tenía proyectado escribir conjuntamente la
“Historia de Valls”, pero que luego escribirían separadamente cada uno
. Después de tres semanas de viaje, Vallespinosa llega a Gibraltar, ocupándose enseguida de sus obligaciones de pastorado, encontrando las reticencias de los gibraltareños hacia el protestantismo y haberse creado otras dos nuevas congregaciones para españoles, lo cual no le dejaba mucho campo de actuación.
Vallespinosa se relacionó en Gibraltar con varios liberales exilados como Cristino Martos, Blas Pierrad y Roque Barcia, quienes le informarían de los movimientos que se estaban llevando a cabo para destronar la dinastía borbónica y establecer un régimen democrático y la libertad religiosa entre otros. Por esta causa volvió a Barcelona el 23 de octubre de 1868 con el propósito de tramitar la entrada de un cargamento de literatura religiosa procedente de Gibraltar. El permiso se lo concedería Alcalá Zamora, gobernador civil de la provincia de Cádiz. En esta cuidad pasó cuatro días relacionándose con personas del Círculo liberal y el Círculo democrático, antes de llegar a Sevilla. En esta ciudad se reuniría con Juan Morán y otros miembros de la comunidad evangélica con quienes celebró el culto. También tendría una conferencia en el Club Republicano, invitado por el director de
El demócrata Andaluz, que pareció haber suscitado mucha expectación. Los días en los que estuvo en Sevilla Villaespinosa fue testigo de atentados iconoclastas y demolición de iglesias.
Al pasar por Madrid en dirección a Barcelona, se relaciona con los círculos liberales, conociendo a Emilio Castelar y José Paúl. Por medio del capellán de la embajada británica James. R. White, se entrevistó con varias personas interesadas en el Evangelio, entre los que figuraba Francisco de Córdoba, abogado y director de La Revolución, diario de tendencia republicana. Después de las diferentes visitas, Vallespinosa decide formar una congregación evangélica en Madrid, aunque su intención seguía siendo formarla en Barcelona. Formó un comité para distribución de biblias, tratados y libros protestantes, pero al no poder volver a Madrid, el grupo de simpatizantes quedó disuelto y la congregación sin formarse oficialmente.
[i]Antoni Vallespinosa y la Incidència del Protestantisme a L'alt Camp a les Darreries del Segle XIX per Daniel Solà Luceno Quaderns de Vilaniu, 38: 37-65 (2000)
[ii]La Història de Valls: extractes de les "Anotaciones de la historia de Valls por un vallense, anno MDCCCLXXXIV" Joan Papell y Tardiu, Julio Luis Quílez Mata. Cossetània Edicions, 1999
[iii]José Morán era misionero y maestro, encargado del depósito de biblias y libros en Triana
[iv]FrancescPuigjaner y Gual (Valls, 18 de enero de 1834 - Gracia, 6 de junio de 1882) fue un historiador y político catalán. Estudió música y latín a los Capuchinos de Valls y gramática en el seminario de Tarragona. Recibió órdenes menores y continuó estudios en los seminarios de Vic y Barcelona. Debido a la situación precaria de su familia, en 1857 trabajó como actor cómico. Poco después fue a Madrid, donde trabajó en la compañía de zarzuela del Teatro Lorca, pero dejó de cantar debido a una afección en la garganta. Después de estar un tiempo en Granada y Sanlúcar de Barrameda, volvió a Valls. Debido a la falta de medios no pudo ir a Tarragona a alistarse con el Batallón de Voluntarios Catalanes que lucharon en la Guerra de África de 1859.
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