Queremos destacar a José Joaquín de Mora entre estos pioneros del protestantismo del XIX, aunque no aparezca explícitamente identificado como protestante en muchos casos.
Tanto Mora como Blanco White son dos hombres con vocación literaria fundamentalmente que siendo protestantes tienen otras preocupaciones y formas de propagar el Evangelio desde un humanismo impregnado del texto bíblico.
Pero además
Mora es, la mayor parte de su vida, un político metido en muchas de las aventuras de aquel tiempo. Se conoce a Mora dentro del campo evangélico por su aportación a la himnología, como redactor junto a Parker del periódico El Alba o el escritor de Román Catholicism in Spain. By an old resident.Poco más conocemos de este Mora que se distinguía por ser liberal y por su espiritualidad tanto en la poesía como en el resto de su obra. Sin embargo José Joaquín de Mora no mostró su disidencia abiertamente y solo mostró su evangelismo fuera de España, limitado por las cortapisas de la Inquisición.
Es tal el desconocimiento de una personalidad como la de Mora que la ciudad de Cádiz en 2011 lo acaba de borrar del callejero. Un ilustre periodista y abogado natural de Cádiz, jurista y político español, académico de la lengua, que fundó periódicos, redactó las Constituciones de Argentina, Chile, Perú y Bolivia, que promovió la libertad desde las leyes, que hizo libres las letras en los periódicos y que sus poesías llenaban de armonía el espíritu, ha sido borrado de la memoria por desconocido, sustituyéndole por san Juan Boscoque al ser santo algo habrá hecho.
Entre la mejor literatura antigua y moderna escogida por Menéndez Pelayo está la poesía lírica de Moraal que considera “excelente poeta”
[i]cuyos sonetos deben figurar entre los más destacados de la época. Así resume su biografía Francisco Arias Solís:
· “José Joaquín de Mora nace en Cádiz el 10 de enero de 1783. Estudió leyes y muy joven aún fue profesor de Filosofía en la Universidad de Granada, donde tuvo como alumno a Martínez de la Rosa. Al producirse el levantamiento contra Napoleón se incorporó al ejército y combatió en Bailén, pero hecho prisionero en 1809, vivió internado en Francia. Allí casó con una dama francesa Françoise Delauneux, y al concluir la guerra regresó a Cádiz.
· Hombre inquieto y brillante, introdujo en España las teorías jurídicas de Bentham desde su cátedra de Granada, tradujo a Holbach y a Fénelon, y, a su regreso, el folleto de Chateaubriand contra Napoleón y en defensa de los Borbones de Francia. En Cádiz y en Chiclana, Mora había tenido amistad con los Böhl de Faber. Cuando Juan Nicolás estaba en Alemania durante la guerra, doña Frasquita Larrea le remitió unos romances de Mora, a la sazón internado en Francia, para que aquél los hiciera llegar a Augusto Guillermo Schlegel, quien contestó a doña Frasquita haciendo elogios de las composiciones. La amistad se rompió, sin embargo, en fecha y por causas que se desconocen, lo que ha dado pie para suponer razones personales en la famosa “querella calderoniana” entre Böhl de Faber y Mora, y que está considerada como la primera llamada del romanticismo a la puerta de nuestro país. “No deja de ser significativo -dice Llorens- que en las controversias ... en torno al romanticismo en España y en la evolución de la crítica entre los emigrados, todos los que tomaron parte principal procedieron de Cádiz o de aquel grupo literario que se reunió en torno a doña Frasquita Larrea de Bölh de Faber”.
· Mora se trasladó a Madrid a comienzos de 1815 para ejercer la abogacía, mas acabó por dedicarse de lleno a la literatura. Tradujo varias obras del francés y del inglés y se distinguió como periodista. En laCrónica Literaria y Científicaque fundó en 1817, en su continuaciónEl Constitucional, enLa Minerva Nacionaly otras publicaciones pudo lucir su versátil ingenio, tanto en prosa como en verso, en cuestiones literarias y políticas.
· El restablecimiento del poder absoluto, hizo que en 1823, Mora se viera obligado a emigrar refugiándose en Londres. Ackermann había introducido en Inglaterra el almanaque literario alemán, tan en boga en la época romántica, con el nombreForget me not, colección de breves composiciones en prosa y verso de autores contemporáneos, que se ofrecía como regalo de Navidad y Año Nuevo. El activo editor pensó hacer una adaptación para los países hispanoamericanos, y así nacieron losNo me olvidesespañoles, de los que se publicaron seis volúmenes, de 1824 a 1829; los cuatro primeros debido a Mora, y los dos últimos a Pablo Mendíbil. LosNo me olvidesde Mora no sólo contienen traducciones sino muchas de sus propias composiciones poéticas, algunas de años atrás. En el primero de los números se incluyen seisRomances granadinos.
· El incansable Mora, además de traducciones y obras originales, tuvo tiempo todavía para ser director y redactor único de dos periódicos. El Museo Universal de Ciencias y Artesy elCorreo Literario y Político de Londres. ElCorreoiba destinado con preferencia a los lectores americanos, cuyas nuevas libertades y posibilidades ilimitadas se ponderan. Mora establece ya en estas páginas la ecuación liberalismo-romanticismo, proclamada luego por Víctor Hugo.
· A fines de 1826, Mora salió para Buenos Aires, a requerimiento el presidente Rivadavia, fundando en seguida un periódico,La Crónica Política y Literaria de Buenos Aires. De la Argentina pasó a Chile, cuya Constitución de 1828 redactó, y fundó los periódicosEl Mercurio ChilenoyEl Constituyente. En este país dio a la escena las comediasEl marido ambiciosoyEl embrollón. En 1831 creó en el Perú, el Ateneo. Durante su estancia en el Perú, Mora publicó esta obra miscelánea, Aguinaldo, semejante a losNo me olvideslondinenses.
· La muerte de Fernando VII le animó a regresar a España, pero llamado por el general Santa Cruz, presidente de Bolivia, marchó a la Paz, de cuya Universidad fue catedrático de Literatura en 1834. En Bolivia compuso la mayor parte de susLeyendas españolas.
· En 1838 fue enviado a Londres como cónsul de la Confederación Perú-Bolivia. Poco después regresó Mora a España; en 1843 dirigió un colegio en Cádiz, pero pronto marchó a Madrid, desplegando su formidable actividad en difundir la filosofía escocesa y las doctrinas económicas de Moc-Culloc. En 1848 ingresó en la Academia de la Lengua y durante mucho tiempo desempeñó el consulado de España en Londres. José Joaquín de Mora murió en Madrid el 3 de octubre de 1864.
· Mora está considerado como el verdadero periodista de la emigración liberal. Poseía un estilo suelto, ligero, que en vano se buscaría en los demás. Sus páginas son siempre amenas, sin la plúmbea densidad de los eruditos, ni la mala retórica de los políticos. Y como dijo el excelente poeta gaditano: “Meditando en lo que he sido, / mi triste vida mantengo, / y nunca esta letra olvido: / Tuve hogar y lo he perdido, / tuve patria y no la tengo”.
· Editó también las Obras de FrayLuis de Granada, que hasta entonces corrían muy deturpadas y estropeadas a causa de sus devaneos con laInquisicióny elProtestantismo.
En la
necrológica de José Joaquín de Mora que apareció en LaAmérica, crónica hispano-americana Madrid, 12 de noviembre de 1864 escrita por Antonio Ferrer del Río, queremos resaltar:
· Mora se refugió en Londres, y desde luego proporcionóse una existencia holgada con el producto de su trabajo. En repúblicas se constituían por aquel tiempo los virreinatos y las capitanías generales de la América española: de la antigua metrópoli no les podían ir libros por estar absolutamente rotas las relaciones entre los dominadores y los emancipados; y editores extranjeros empezaron a satisfacer esta necesidad imperiosa con gran lucro. Ackermann se anticipó desde la capital de Inglaterra a todos. Su empresa alimentaron el respetable e ilustradísimo teólogo y literato D. Joaquín Lorenzo Villanueva, el ilustre hacendista D. José Canga Arguelles, el buen matemático D. José Nuñez Arenas, y particularmente Urcullu y Mora. A principios de cada año publicaba este con el título de No me olvides una colección variada de composiciones: periódicamente daba a luz un Museo universal de ciencias y artes: de Walter Scott traducía el Talismán y el Ivanhoe; de Robinson las Memorias de la revolución de Méjico y de la expedición del general Mina; de Shoberl los dos volúmenes de la Descripción abreviada del mundo que comprende la descripción de Persia. Además de cosecha propia compuso un Catecismo de gramática latina; en dos tomos los Cuadros de la historia de los árabes desde Mahoma hasta la conquista de Granada; en un volumen las Cartas sobre la educación del bello sexo, y suponiéndolas escritas por una señora americana con la dedicatoria del editor A las señoras de la sociedad de beneficencia pública de Buenos-Aires. Dignísimo es tan precioso libro de estudio y de aplauso por la elevación de sus ideas, al demostrar el influjo de las mujeres en la condición de los pueblos, en la sociedad y en la felicidad de las familias, y las diferencias entre la suerte de las mujeres en los pueblos meridionales y septentrionales de Europa, y al establecer las máximas de la mejor educación moral, intelectual, doméstica, artística, física y religiosa de las que son hijas y han de ser esposas y madres. Diversas canciones escribió Mora que puso en música el caballero Castelli: entre el Bolero a dúo, No me olvides, El pescador y la mariposa, se hallan tres himnos, el primero a Bolívar, y los otros respectivamente a Victoria y a Bravo, esto es, a tres generales de los que más contribuyeron al triunfo de la independencia americana.
[i]José Joaquín de Mora (1783-1864) por Francisco Arias Solís
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