El tejido asociativo católico de la España contemporánea estaba formado por la Acción católica, el apostolado de la prensa, las colecciones y bibliotecas católicas selectas; y la propaganda de las órdenes religiosas.
LA ACCIÓN CATÓLICA.
A lo largo del siglo XIX la iglesia católica, el estamento y las instituciones eclesiales, habían defendido postulados ultradefensivos en las distintas corrientes que anunciaban el horizonte intelectual de la “modernidad”. Una abundante literatura apologética y religiosa mostraba la cosmovisión católica que reflejaba fundamentalmente la repulsa de la independización de la razón.
Pero el frente que mejor dominaba el clero era el religioso, con capacidad para que ninguna fisura dejase penetrar novedad alguna y para ello usó con maestría el tejido asociativo para estas empresas que enfrentaban la secularización, la independencia intelectual o la “modernidad” en todas sus perfiles.
La Acción católica reconocida con este nombre por 1920 y renovada durante el franquismo o el Movimiento católico de finales del XIX, instrumentalizó a los seglares para una evangelización o ideologización de las instituciones civiles. Esta plataforma católica desarrollaba su actividad en el mundo de la salud, los estudiantes y la cultura, el mundo obrero y rural.
Sobre ellos las obras católicas habían creado otros círculos, como asociaciones religiosas, sociedades de obreros, cajas rurales, entidades de prensa, de crédito, etcétera, con el objeto de restaurar la influencia de la iglesia en la vida pública. En realidad casi todas estas formas de penetración en la sociedad eran una copia de lo que el mundo protestante había hecho en España desde la industrialización del XIX creada en su mayoría por protestantes de otros países, especialmente en la minería, el ferrocarril o la industria del vidrio y loza. En cada explotación industrial se habían conseguido avances sociales reconocibles y que otras fuerzas como las políticas y religiosas aprovecharon para su adoctrinamiento.
También la Ilustración, la Revolución francesa y la llamada “propaganda protestante” habían provocado motivaciones defensivas y tradicionalistas contra la “descristianización” que estos y otros movimientos habían provocado en España según manifestaba la jerarquía católica.
Es evidente que la secularización no había creado la descristianización y por tanto España, como decía Castelar, no había dejado de ser católica por estos motivos, sino que habían sido destapadas todas las carencias de una España culturalmente católica pero sin espíritu ni religión.
Por estas causas fue muy oportuna la
Acción católica, como acción “de necesaria y legítima defensa [ ... ] y especialmente, de restauración [sic], debiendo ayudar a la Iglesia a reedificar aquello que el laicismo ha demolido”, decía el
Manual de la Acción Católica.En verdad, los propósitos de la Acción católica habían quedado expresados con claridad en la carta con que Pío IX acogió esta entidad en enero del 1869. La admitía como “una gran Sociedad católica que, enteramente ajena a la política, se emplea únicamente en amparar y defender con todas sus fuerzas, y hasta con riesgo de la misma vida, la santa Iglesia católica, apostólica, romana”.
Resulta significativo que entre los muchos frentes que tenía abiertos la iglesia española se fijase en aquellos que el protestantismo tenía éxito enfrentándose a él con todas sus fuerzas. La Acción católica no solo se extendió con rapidez por las capitales más notables de España y lugares menores de algunas diócesis, sino que en la discusión de la libertad religiosa en las Cortes Constituyentes de 1869 alentó su primera iniciativa importante, concretada en una exposición al Congreso que suscribieron 4 millones de firmas en un país de 16 millones de habitantes.
Evidentemente estaba en contra de la libertad religiosa o librecultismo acuñado por algunos obispos.
Se dedicó así mismo a la publicación de obras apologéticas, entre ellas los 20.000 ejemplares editados del
Catecismo sobre el protestantismo del cardenal Cuesta del que ya hemos dado cuenta entre la propaganda católica. Fomentó escuelas confesionales en toda la península. Durante el curso 71-72, centros de la Asociación educaban en Barcelona a 2.193 alumnos; en el 72-73, en Córdoba, regía 10 escuelas de obreros y otras 3 al año siguiente, además de un asilo para «jóvenes
abandonados», quizás en Madrid, y centros de enseñanza en Valencia y Zaragoza.
[i]
E incluso pretendió establecer una universidad, al amparo de la libertad educativa decretada en 1868.
EL APOSTOLADO DE LA PRENSA.
Para la jerarquía de la iglesia y entre un numeroso grupo de religiosos y significativos autores católicos la prensa periódica había sido la causante de la vulgarización de los errores y por tanto se tenía una actitud denigratoria. La prensa diaria y secular también era algo contraproducente para la cultura de los pueblos pues “mediante la cantidad de cinco céntimos compra todos los días el pueblo infeliz una dosis de veneno para sus almas que excede toda ponderación”
[ii]
Ya hemos comentado la evolución tan descomunal que la prensa pro-católica y católica experimentó en el siglo XIX, siempre como reacción y cortafuegos para que el infeliz pueblo siguiera en la misma ignorancia. Esto que acabo de escribir puede doler a alguno de los lectores pensando que no se puede concebir una jerarquía eclesiástica dispuesta a tener al pueblo en la ignorancia después del siglo de las luces.
Sin embargo
la “buena prensa” agrupada en el Apostolado de la Prensa se creaba para mantener una mentalidad religiosa institucional pero no cristiana, retrocediendo a siglos pasados, rescatando supersticiones y autores muy andados o extranjeros traducidos al español que aportaban pocas luces. Unos ejemplos de los títulos de estos libros pueden darnos una idea de esta literatura firmada por un Anónimo del Apostolado de la prensa:
· Dios con Nosotros o Lecturas de Navidad/Antídoto Contra los Errores Modernos/Hombres y Brutos o la Inmortalidad del Alma/Mas Sobre la Confesión/Cristo y los Obreros/Los Errores Protestantes/Hablando Bien que Poco Cuesta/Escuelas Laicas (1897)
· Imitación del Sagrado Corazón de Jesús R P J Arnoldo Nueva Traducción al Castellano por un Socio del Apostolado de la Prensa
· La Santísima Virgen en España
· Vida de San Alfonso María Ligorio :
· Vida de San Fernando, Rey De España.
[iii]
· Vida de San Francisco Javier. De la Compañía de Jesús.
· Vida de San Juan Bautista De La Salle. Fundador de la Orden de las Hermanas de las Escuelas Cristianas
· Vida de San Pedro Claver de la Compañía de Jesús Apóstol de los Negros.
· Vida de Santa Catalina de Sena. Vidas populares
· Vida de Santo Domingo de Guzmán.
· Vidas de los Santos Apóstoles
· Vida de San José de Calasanz. Fundador de las Escuelas Pías
· Vidas de niñas santas
· El Descanso Dominical/Los Derechos de Dios/Los Derechos del Hombre/La Fe del Católico/El Sagrado Corazón de Jesús/La Ciencia y la Religión/Las Parábolas del Evangelio: 1ª Par El Reino de los Cielos; 2ª Par. Nuestro Señor Jesucristo, 3ª par. La Vida Cristi /1905)
Del contenido de estos libros un ejemplo de 1863 en Novena a San José de Calasanz:
· Hicísteisle desde niño tan casto, que no permitía su tierno cuerpecito al registro de su misma Madre, ni aun de sus mismos ojos. Pusísteis una centinela a su boca, para que no se desmandase ni aun en una palabra equívoca; i cercasteis de espinas sus oídos, para rebatir las de los menos circunspectos. Le hicisteis domar su inocente cuerpo con ayunos continuos, con disciplinas sangrientas, i con cilicios asperísimos con que, sujeta la carne, triunfó su espíritu en campal batalla, que presentó a su juventud, no tanto la fragilidad de una mujer, cuanto la astucia de Satanás, envidioso de verle hacer una vida mas de ángel, que de hombre. Dadme, Señor, vuestra gracia para que aprovechando , a imitación de San José de Calasanz, estos mismos medios, conserve la castidad propia de mi estado, i triunfando de los halagos de este implacable doméstico enemigo , apetezca únicamente los puros gozos , que eternamente poseen los limpios de corazón, viéndoos a Vos , Jesús mío, que con el Padre i el Espíritu Santo vives i reinas por los siglos de los siglos.
· Abrazóse con sus niños, e hízose niño como ellos, abriendo escuelas para su enseñanza. Ellos eran sus delicias: cortábales arrodillado las plumas : barria por sí mismo las escuelas; i es, que había aprendido en el Evangelio:
Que lo que se hace a uno de los pequeñuelos, se hace a Jesús. I así en cada uno de los párvulos encontraba a
Jesucristo Calasanz
En carta de Matamoros a Greene se describe la situación de la prensa contra el protestantismo: “El clero español está completamente alarmado y los periódicos, hechuras suyas, pugnan por agravar los males de nuestra posición, y se ponen en juego bárbaramente contra nosotros influencias inquisitoriales, así secretas como públicas. ¡Perdónele Dios todo el mal que hacen y llévelos a la senda que lleva a la vida! ¿Han hecho algo los periódicos ingleses por nosotros? Sería muy conveniente dijesen algo, porque los pocos españoles que nos son favorables no se atreven a hablar y los que están contra nosotros nos abruman con injurias dando un falso matiz a nuestra santa causa”.
Posteriormente los autores tenían mayor talla intelectual, pero lo importante del Apostolado de la Prensa, no eran los autores ni la editorial como empresa mercantil, sino ser un centro de propaganda católica y social aún para los católicos que jamás van a la iglesia.
Decía el arzobispo de Sevilla en 1916
[iv] ser este apostolado un instrumento poderosísimo de Acción Social Católica, elemento indispensable en nuestros días para propagar ideas e impulsar movimientos. Citaba el arzobispo varias publicaciones de su diócesis dentro de la Prensa católica, pero nos resultaría casi imposible enumerar los movimientos asociativos que surgían no solo alrededor del
Apostolado de la Prensa, de la
Acción Católica o de la
Asociación Católica Nacional de Propagandistas. Esta Asociación que también agrupaba a los seglares cuyo modo de perseguir su ideal religioso era la propagación de la fe católica, escogiendo minorías selectas destinadas a dirigir la vida pública.
Fundada en 1909 por el jesuita Ángel Ayala, nacerían de esa estructura propagandista la Editorial Católica, la Confederación Nacional de estudiantes católica, la primera Escuela de Periodismo de España, el diario el Debate, Ya, Hoy de Badajoz o el Ideal de Granada; el Instituto Social Obrero, la Biblioteca de Sautores cristianos, etc. La principal obra de la Asociación católica nacional de Propagandistas es la Fundación Universitaria de San Pablo CEU universidad de la que dependen la del Cardenal Herrera de Valencia y Abad Oliva de Barcelona.
Solo mencionar cada asociación u organización dedicadas a la propaganda católica
asombra cuando se compara con los pobres medios del protestantismo y ensombrece cualquier resultado que presentasen los misioneros y pastores evangélicos. Afortunadamente Dios mide los éxitos y fracasos de otra manera diferente al poder de las fuerzas materiales y humanas.
[i]Génesis de la Acción Católica española (1868-1926) JOSÉ ANDRÉS GALLEGO. Universidad de Navarra
[ii]Clericalismo y asociacionismo católico en España: de la restauración a la transición : un siglo entre el palio y el consiliario Alfonso Botti Editor Univ de Castilla La Mancha, 2005 Pág 58
[iii]Hasta hoy no he sabido que Fernando el católico era santo. ¿Se referirá a Fernando III el santo?
[iv]Prensa y propaganda católica: (1832-1965)José-Leonardo Ruiz Sánchez Pág 112
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