Unas veces en los castillos de los nobles, otras en los conventos y también en las casas. Hoy finalizamos la serie que iniciamos hasta completar estos 15 artículos; un somero repaso de algunos de estos cenáculos.
CUENCA DE 1565: CÍRCULO DE FRANCESES Y ESPAÑOLES
En la causa seguida contra
Beltrán de Grimaldo, nos aporta la noticia
Bernat Fossal (procesado él mismo, 246/3287) en su deposición al referirse al grupo de “dogmatizados” que se reunían en su casa:
“(, .. ) que lo ha tratado ansí mesmo con un imaginario que se llamaba Gerónimo y era español, del Reino de Murcia e hacía imágenes de yeso, ( ... ) (245/3285) Y este confesante le decía al dicho Gerónimo si creía en lo que creían los luteranos y el dicho Gerónimo le decía que podía ser que creyese en ello mejor que este confesante. e que le parescía bueno tudo lo que los luteranos tenían .. .) e que. en particular este confesante y el dicho Gerónimo trataban del Papa y de la Iglesia de Roma, diciendo que no les parescía bueno, que todo era burla lo que la Iglesia de Roma mandaba, que no hacían sino dar abuso a la gente, ( ...)“. Más adelante la referencia a un segundo español es mucho más vaga, “( ... ) e que también se halló presente un hombre viejo, que era curtidor y decía era de Castilla la Vieja y le llamaban Hernández, y andaba siempre con el dicho Bernat, reconciliado, e trabajaba en casa de un tal Rueda, a las Tenerías desta ciudad y era de más de sesenta años, la barba espesa, redonda y cana, blanco de rostro, y habrá ocho meses que se fue a Belmonte, e no le ha visto más ni sabe dónde está”.
CONGREGACIÓN ALEMANA EN SEVILLA, 1583
Según Boeglin
[i] algunos visitantes extranjeros mostraron una fe reformada exaltada como fue el caso de
Jorge Quita (o Quinten), alemán originario de Danzing y agente comercial en Sevilla, cuyo proceso inquisitorial duró más de tres años.
Quiten estaba familiarizado con el funcionamiento de la Corte porque había ido varias veces para recuperar el cargamento del barco Aguila Negra secuestrado por los inquisidores. Era un hombre de gran piedad y también muy cultivado que se había instalado en Sevilla desde hacía bastantes años, pero como todos sujeto a cualquier denuncia ante la Inquisición.
En este caso los jueces fueron puestos en su camino a través de una carta encontrada el 7 de febrero 1583, en un banco en el patio de la fortaleza inquisitorial al lado de un libro escrito en alemán. El contenido de la nota era el siguiente: “Muy Ilustres Señores, aquí está un alemán que tiene un libro en alemán en el qual esta escripto el nombre Martein Luther, y a quien pertenece está nombrado, un alemán el qual por presente está en Sevilla. Sey [sic] V.S. quiere saber adónde vive el dicho Jorge Quiten pregunten a Stiffen Yansem mercader alemán, a Jorge Buchler alemán que es intérprete de la lengua alemana en el castillo luego dirá a V.S. adonde bive el dicho Jorge Quiten”.
El libro contenía versos antipapistas, escritos con la misma letra del anónimo. Quinten fue arrestado inmediatamente y en las audiencias corroboró que era de familia rica, que había sido bautizado y que posteriormente se había convertido al protestantismo bajo la influencia de un tutor en matemáticas que había tenido en su juventud. Confesó haberse apartado en ocasiones del camino, pero no quiso retractarse de sus creencias. Aunque confesó que el libro era de él, parece que la razón por la que no quería abjurar era “porque era negocio muy hondo y que todo cargaría sobre él”.
Es posible –dirá Boeglin- que Jorge Quita se encontró a la cabeza de una comunidad protestante alemana con sede en Sevilla. Después de esto, nuevas pesquisas hacían ver que el libro había sido colocado para que la Inquisición conociese la fe reformada e incluso Quinten estaba dispuesto a ofrecer la vida en sacrificio “como en tiempo de Deciano que persiguía los cristianos, que se fue a presentar ante él una mujer con sus hijos diciendo que era [crist]iana y respondiéndole el tirano que mirase que matavan a los que decían ser [crist]ianos, havía dicho que a esso venía ella a morir con sus hijos”. Repetía a los inquisidores que si a la verdadera fe ellos llamaban herejía luterana, “el quería ser luterano y morir por ello”. Sabía que Dios recompensaría su sacrificio y continuaba elogiando el martirio, pues se sabía en Alemania de la crueldad contra los reformados pero él moriría quemado en 1586, profesando la verdadera religión.
CIRCULO DE PLATEROS FLAMENCOS, CUENCA POR 1586.
Los plateros flamencos en Cuenca tenían en sus casas reuniones y en ellas admitían a los recién llegados y quienes tenían problemas. Uno de las recién llegados, aunque ya llevaba un año reuniéndose,
Antonio de Vacmacras se presentaría ante la Inquisición el 17 de abril de 1586.
[i] L'inquisition Espagnole au lendemain du Concile de TrenteLe Tribunal du Saint-Office de Séville(1560-1700) Michel Boeglin. Montpellier 2003 pág 324
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