Iniciamos en los cuatro artículos anteriores un somero repaso de algunos de estos cenáculos, que continuamos en el presente.
CONGREGACIONES SEVILLANAS DE VARGAS, EL DR. LOSADA Y JUAN GONZÁLEZ POR 1558
Tres predicadores de renombre habían predicado en la catedral de Sevilla la doctrina evangélica, el doctor Juan Gil (Egidio), Constantino Ponce de la Fuente y el doctor Vargas, quienes predicaban asiduamente sobre las perversiones del estado eclesiástico y los puntos de doctrina evangélica que Lutero había ido descubriendo y exponiendo. Para quienes crean que no habían entrado en España comentarios bíblicos y exposición de las doctrinas luteranas, puede verse el primer Índice de Libros prohibidos que la Inquisición sevillana sacó de los libros recogidos por Andalucía y que eran en su mayor parte de profesores de la Universidad de Wittenberg, de Lutero y otros reformadores primeros.
El doctor Vargas que explicaba Escritura en la cátedra del cabildo de Sevilla y que había estudiado en Alcalá junto con Ponce de la Fuente y Egidio, siendo profesor en Alcalá por 1539, mantendría contactos con personas que pudieran propagar el Evangelio. Dice M´Crie: “Él les impartió su conocimiento de la verdad evangélica y ellos contribuyeron a su vez, con sus conversaciones, al mejoramiento de sus dones ministeriales. Los tres amigos concertaron un plan de cooperación para el progreso de la causa común. Vargas daba conferencias a los más ilustrados en las cuales exponía la epístola a los Romanos y luego el libro de los Salmos y Constantino ayudaba ocasionalmente a Egidio en el púlpito”(M´Crie, 1942, pág. 97)
Otro tiempo la congregación de Sevilla pasaría a ser pastoreada por el médico Cristóbal de Losada y Juan González.”(Montes, p.231 a 233 de la edición latina y 252 a 255 de la castellana.)
LA CASA DE ISABEL DE BAENA POR 1558
“Dos focos principales tenía el luteranismo sevillano - comentará Menéndez y Pelayo-: uno, en el monasterio de jerónimos de San Isidro, cerca de Sancti Ponce (antigua Itálica), fundación de D. Alonso Pérez de Guzmán el Bueno; otro, en casa de Isabel de Baena, donde se recogían los fieles para oír la palabra de Dios, según escribe Cipriano de Valera.
Valera lo expresa de esta manera: “La casa de Isabel de Vaena, donde se recogían los fieles para oír la palabra de Dios, fue asolada y sembrada de sal, para que nunca más se edifique: y en medio della pusieron una coluna de marmol para perpetua memoria que allí se congregaban los fieles Christianos, que ellos llaman herejes Lutheranos: el lizenziado Losada, Ministro de la palabra de Dios, fue quemado; muchos, que eran defuntos, fueron desenterrados i quemados: como el Dotor Vargas i el Dotor Ejidio (Tratado del papa p.251 de la reimpresión de Usoz.)
LA CONGREGACIÓN DE ZAMORA EN 1558
En la corte de la marquesa de Alcañices en Zamora, vivía Cristóbal Padilla. Recientemente convertido y con todo su ardor primero, Padilla comenzó a predicar el Evangelio sin muchos disimulos y de manera descuidada de tal manera que el obispo de la ciudad tuvo que predicar contra los protestantes en martes de Pascua. El grupo zamorano sería reprimido duramente.
LA CONGREGACIÓN DE TORO EN 1558
En Toro el doctor Herrezuelo y gentes de las casas de los marqueses de Mota y Alcañices fueron sus dirigentes. Aparecerán algunos procesados de Mota del Marqués por lo que es posible que el radio de acción de Herrezuelo llegase hasta Mota.
LA CONGREGACIÓN DE VALLADOLID EN 1558
Una mujer fue la que denunció a esta congregación, como otra lo había hecho en Zamora, por escrúpulos de conciencia y haberlo comunicado al confesor.
Esta congregación y la de Sevilla fueron predominantemente de españoles, siendo solo extranjero Carlos de Seso y el criado de Luis y Domingo de Rojas, llamado Antón Bagor de nacionalidad inglesa. Esta congregación mantenía en sus cultos la “Cena del Señor” como se hacía en Alemania y tenía entre sus filas hombres de gran reconocimiento y nobleza. Esta, quizás, fue la causa de que una gran mayoría fuese prendida confiando en la respetabilidad de personas como el predicador del emperador Agustín Cazalla.
Las reuniones en casa de doña Leonor de Rivero eran muy concurridas, pero también se hacían reuniones en el convento cisterciense de las monjas de Belén. Los interrogatorios sacaron a la luz las ramas por donde se extendía el evangelismo vallisoletano, descubriéndose focos en Salamanca, Zamora, Toro, Pedrosa, Palencia, Logroño e incluso contactos con protestantes españoles del reino de Aragón. En el verano de 1558 más de cincuenta personas aguardaban en los calabozos de la Inquisición.
La congregación de Valladolid tenía entre sus filas a grandes de España o clases privilegiadas de la sociedad hispana. Doña Juana de Silva fue hija ilegítima del marqués de Montemayor; Constanza de Vivero, hermana mayor de Agustín Cazalla, había casado con el contador real Hernando Ortiz; Francisca de Zúñiga estaba casada con el contador real Antonio de Baeza y Catalina Ortega estaría casada con el consejero real Hernando Díez; fray Domingo de Rojas y Pedro Sarmiento de Rojas, comendador de Quintana y caballero de Santiago, eran hijos del marqués de Poza y emparentados con el almirante de Castilla; su sobrino don Luis de Rojas era el heredero del marquesado de Poza. Juan de Ulloa fue comendador de San Juan. Ana Enríquez nació como hija de la marquesa de Alcañices, en cuya casa nació la congregación zamorana.
Los acontecimientos de los dos autos de fe de Valladolid habían tenido repercusiones por toda España hasta llegar a Alemania donde se había publicado un folleto-informe “
Kurtzer Bericht, was sich für ein klegich Schauspiel...” sobre la represión de los cristianos en la congregación de Valladolid y cuya traducción se hizo en Italiano. Junto con el folleto se adjuntaba un grabado con el cadalso vallisoletano. Seis días después de los dos autos de fe de 1559 aparecerían por las iglesias algunos folletos en las iglesias de Toledo, en cinco capillas de la catedral y a la puerta de treinta casas de la ciudad. El folleto de tono exaltado, anticlerical y antipapista, en sus primeras palabras de introducción, contenía proclamas a abrir los ojos a la iglesia cristiana y deshacerse de la iglesia papista, refutando los artículos de la fe y dogmas de la iglesia de Roma como las imágenes, la cuaresma, el purgatorio, el limbo, la transustanciación etc. El folleto panfletario ya había sido difundido en Alcalá de Henares cuando la visitaba el inquisidor Ramírez, pero ahora en Toledo, en el corazón de la cristiandad, suponía una cruda realidad de que el protestantismo había anidado en España. El autor era un tipógrafo de Alcalá llamado Sebastián Martínez (1) del que hacemos una pequeña biografía entre los procesados después de 1562 en Andalucía, pues también en Sevilla y en Ávila aparece relacionado con la defensa de la Reforma por medio de folletos.
1) Anota Werner Thomas que no debe confundirse este Sebastián Martínez, con el impresor de Valladolid, del mismo nombre, que fue criado del obispo de Mondoñedo, Antonio de Guevara, quien, después de la muerte del obispo, fundó primero su propia librería y después su propia imprenta en Valladolid y sucursales en Medina del Campo, Sigüenza y Alcalá, habiendo fallecido en 1576.
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