Hace teología desde la Escritura y los
Doctores Sanctos, apartándose de la literatura espiritual nacida desde las doctrinas eclesiásticas. Aunque la literatura espiritual sea un subgénero de segunda fila en comparación con los tratados teológicos, sin embargo Cazalla transmite una visión del hombre en el mundo y su relación con Dios, de manera que toda aquella sociedad le entendía. Dice Rafael M. Pérez(1):”Creo que la divulgación de esta visión fue fundamental en la conformación del imaginario y de la cosmovisión social. Sosteniendo todo el entramado de virtudes y vicios, y de fases del camino del alma hacia Dios, existía una antropología precisa, en absoluto simple. Infinidad de páginas describen y explican la estructura psicológica y espiritual del hombre.
Un hombre que es ubicado en estrecha relación (forma parte de) con el Mundo (creado, al igual que el Hombre). (…) Juan de Cazalla, por ejemplo, se va refiriendo a los distintos “grados” de criaturas existentes. En el primer grado: elementos, metales y piedras; en el segundo, las plantas; en el tercero, los animales; y finalmente, el más excelente, el hombre, dotado de entendimiento, memoria y voluntad. Existe un evidente paralelismo de este esquema con el del alma humana. En su estructura, Cazalla, siguiendo a Aristóteles, distingue las potencias vegetativa y sensitiva, por las que el hombre comunica y se asemeja con los animales, y el entendimiento, memoria y voluntad, que son propias del hombre, comunes con los ángeles, que le distinguen de los “brutos” y le asemejan a Dios. De esta manera, el hombre, animal, creado, habitante de la materia, quedaba asociado y conectado con lo invisible, con lo increado y con el Creador. A partir de aquí tiene sentido la teoría mística del conocimiento: conocer lo increado a partir de lo creado; lo invisible a partir de lo visible; a Dios a partir del conocimiento propio que el hombre tiene de sí; la Divinidad de Cristo a partir de su Humanidad. Finalmente, esta cosmovisión iba acompañada de una visión de la Historia (que era Historia Bíblica y Sagrada) y del orden social.”
El evangelismo de Cazalla evolucionó hacia el protestantismo aunque no fuese procesado por luteranismo como su hermana María de Cazalla, aunque si se le incoaría proceso, después de muerto, por sospechoso de herejía según aparece en el proceso de Vergara. Cuando procesan a Antonio de Medrano en Navarrete en 1526-1527, acusan a este de amistad con el obispo Cazalla y sus sobrinos Agustín Cazalla y Pedro Cazalla, recordándole por el testimonio de María de Castroviejo, el sermón de Juan de Cazalla en Navarrete(2).
Pero además Medrano estará en la línea de las ideas del obispo quien en su “
Lumbre del alma” uno de los personajes es Antonio como si pensara en Antonio de Medrano. Sin embargo, parece claro que la afinidad de Medrano con Cazalla no era la misma que con el resto del grupo de Isabel de la Cruz y Alcaraz. Estos habían reprendido al obispo, aconsejándole “ que mirase mas por le edificación de las consciencias que a su propio nombre” pues parecía imprudente “hablar de maravillas sobre si” y de la “reformación de la iglesia”.(3)
Alguno dirá que Juan de Cazalla predicaba arte y no amor.(4) “Lumbre del alma” aparecerá en el índice de libros prohibidos de 1551, no solo por haber sido libro de cabecera de los alumbrados, sino por la influencia del ideario de Raimundo Sabunde quien, años antes, había escrito el “Despertador del alma”. De los interrogatorios que se abrieron por las denuncias de Francisca Hernández a María Cazalla y a su hermano el obispo Cazalla, resultó probada su ascendencia judía.
1) La Constitución social de la emisión ideológica. El caso de la literatura espiritual en la España del Renacimiento. Ámbitos n. 9-10 Universidad de Sevilla Rafael M. Pérez García
2) Literatura y transgresión: en homenaje al profesor Manuel Ferrer Chivite. Escrito por Fermín Sierra Martínez, Manuel Ferrer-Chivite.- Publicado por Rodopi, 2004.- 325 páginas. Pág.233
3) Juan de Valdés, 1498(?)-1541 por Domingo de Santa Teresa.- Págs.19-25-26
4) Historia de la Inquisición en España y América: El conocimiento científico y el proceso histórico de la Institución (1478-1834)Escrito por Joaquín Pérez Villanueva, Bartolomé Escandell Bonet, Ángel Alcalá, Centro de Estudios Inquisitoriales (Madrid, Spain).1984 Pág. 502
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