Morillo procedía de Biel de Valdonsilla, norte de Aragón, que estudió en Lovaina y París en el término de 1530 y
viajó a Trento para asistir, en agosto de 1545, a las primeras sesiones del Concilio, como miembro de la casa del cardenal Pole, viviendo como familia y dentro del círculo de amistades del cardenal.
Entre las personas allegadas a este círculo estaban Pietro Carnesecchi, Bartolomé de Carranza, el cardenal Giovani Morone, Marcoantonio Flaminio y otros católicos italianos(1) de espiritualidad evangélica.
El principal tema de discusión era en torno a la justificación por la fe de Lutero y de la que ellos diferían en muy pocas cosas, pero que estaba claramente en contra de las opiniones mayoritarias del Concilio. Nos interesa destacar que “el valdesianismo italiano, heredero de una tradición compleja religiosa de erasmismo, alumbradismo y luteranismo, llegan juntos a una síntesis sutil doctrinal y constituye, por la emigración de las ideas venidas del norte a algunos de los seguidores, un elemento fundamental para entender la crisis religiosa del siglo XVI” (Firpo & Tedechi, 1996)
A finales de 1546 y hasta 1553, Juan Morillo se instala en París influyendo decisivamente entre los españoles que visitaban la ciudad, especialmente entre los protestantes españoles en el exilio, pues había fundado, en su propia casa, un colegio para niños de protestantes. Mantendría correspondencia con Pole y Carranza desde París, pero superaría las tendencias reformistas católicas propias de los grupos “evangélicos”, y evolucionaría hacia la Reforma protestante.
Morillo vivirá en casa de de Juan Pérez de Pineda, Diego de la Cruz y Luis Hernández del Castillo que son de los primeros exilados de Sevilla. Dice Bataillon que una circunstancia decisiva para que algunos hombres emprendiesen la carrera de predicar el Evangelio en España, residía en el atractivo de las prensas ginebrinas que estaban a toda máquina produciendo libros como los “
Comentarios a las Epístolas a los Romanos y Efesios de Juan de Valdés, los
Salmos traducidos por Juan Pérez de Pineda y el
Sumario breve de doctrina christiana también de Juan Pérez de Pineda, y el de un refugiado desconocido que publicó por 1550 un
Catecismo que era la traducción castellana del de Calvino. “Por primera vez, el iluminismo peninsular aparecía claramente como copartícipe del protestantismo internacional, en el momento en que éste organizaba sus iglesias. El proceso de Egidio, hacia 1550, había provocado una primera emigración sevillana, que entonces se había encaminado todavía a París y Flandes.(2)
Se instalaría también en la misma casa de Felipe de la Torre, a la que asiduamente visitaban Pedro Jiménez, Agustín Cabeza de Vaca (de Jerez), el fraile agustino Lorenzo Guerra de Villavicencio que era un agente de la Inquisición; Sebastián Fox Morcillo, uno de los mejores filósofos del XVI y hermano de Francisco, que había muerto en la hoguera en el auto de fe de 24 septiembre de 1559; también el fraile cisterciense Julián de Tudela que trabajaría con Diego de la Cruz en un servicio de transporte de cartas entre exiliados protestantes españoles en Amberes, Colonia, Lovaina y otros lugares.
Después de dejar París, Morillo se irá a Amberes, donde lideró una comunidad calvinista francesa, con el encargo de que buscase residencia para el grupo, la cual encontró en Frankfurt del Mein en 1554. Establecería buenas relaciones con el Consejo luterano de la ciudad y ejercería de generoso acogedor de los exilados ingleses que venían huyendo de las persecuciones de María Tudor. Las congregaciones de exilados Ingleses y franceses tendrían que compartir aquel espacio para sus cultos en horarios diferentes y cooperarían con Morillo, Luis Hernández del Castillo y Diego de la Cruz. Poco tiempo después, Morillo moría en Frankfurt, posiblemente envenenado. El reformador italiano Vergerio en carta al también reformador Enrique Bullinguer, en 1555, dirá que Morillo había sido víctima de su país natal por sus creencias evangélicas.
1) La Reforma italiana y Juan de Valdés. Artículo de Massimo Firpo, John Tedeschi, Diário del siglo XVI vol. 27 nº 2 pag. 353 Mantienen que la Reforma en Italia fue un fracaso en cuanto a extensión, pero llegó a las más altas jerarquías eclesiásticas, a las ciudades, a los lugares de la intelectualidad y que de alguna manera estos exportaron sus radicales “herejías”, desde la teología de Juan de Valdés, refugiado en Italia desde 1531 después de haber sido condenado por la Inquisición española.
2) El Bachiller Luis Hernández del Castillo se habían refugiado en París, mientras Diego de la Cruz se encontraba en Flandes, según carta de la Suprema de 26 de junio de 1550: “del negocio del Dr, Egidio ha resultado culpa contra un bachiller Luys Hernández o Castillo que está en París, de que enviaron cierta información, y contra un Diego de la Cruz que está en Flandes, y que se debe examinar un Gaspar Zapata que está en servicio de don Fadrique Enríquez en la corte de S.M” Juan Pérez de Pineda se habría refugiado con otros siete sevillanos en París y luego a Ginebra por 1555 según información de Cipriano de Valera.
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