La biografía de Ramón Montsalvatge (tenía el nombre religioso de Fray Simón de Olot. Cataluña ), Menéndez y Pelayo la deja cuando este se va para América aconsejado por Calderón otro fraile del XIX que también militaba con los liberales españoles, respirando los nuevos vientos de libertad. Sin embargo podemos aportar algunos datos en América pues Montsalvatge tuvo una actividad original como colportor y predicador.
La biografía la resume Menéndez y Pelayo, con técnica magistral, pero sin alma:
“Montsalvatge se dice nacido en Olot el 17 de octubre de 1815. Fue capuchino y salió del convento cuando la dispersión de las comunidades monásticas en 1835. Entonces se alistó en el ejército de D. Carlos, y después de varias aventuras fue arrestado por soldados franceses en la frontera y conducido a Grenoble. [899] Algunos clérigos le aconsejaron entrar en un monasterio de Saboya, que abandonó al poco tiempo para volver al campo carlista. No aceptó el convenio de Vergara, volvió a emigrar, y entró en el seminario de Besançon a estudiar teología. Allí le asaltaron las más vehementes dudas sobre la interpretación de la Biblia. Un diálogo que tuvo en 11 de junio con M. Sandoz, pastor protestante de Besançon, le movió a abandonar el seminario primero y a abjurar el catolicismo después. Agente o colporteur de una sociedad evangélica, comenzó a distribuir Biblias entre los carlistas emigrados en Montpellier y en Lyón. De allí pasó a Clermont-Ferrand, donde trabajó de concierto con los republicanos barceloneses que en 1842 levantaron bandera contra el Regente. La Sociedad Evangélica de Ginebra empleó a Montsalvatge en diversas comisiones de empeño, a las órdenes de Calderón y de Borrow. En 1842 se le encuentra en Madrid proyectando una misión en Mallorca. Pero los tiempos cambiaron, y Montsalvatge tuvo que embarcarse para América, donde ya perdemos su huella.”
Hemos de añadir a esta biografía de Pelayo sin alma y sin ninguna pasión por el excapuchino, que tanto Calderón como Montsalvatge pasaron pruebas muy duras con los católicos.
Estuvieron en peligros de guerras y en peligros por su trabajo como colportores. Al grito de ¡España pronto será vencida y volverá al Evangelio! el desaliento fue una constante en sus vidas, aunque haya relatos de vibrante entrega y resultados excelentes. Dice Montsalvatge: “Dos años antes el estado de la gente era sumamente desalentador. No había entonces ningún protestante que se pudiera encontrar en Reparen y Lons-le-Saulnier y la gente parecía seguir fiel a su fe supersticiosa y sujeta al control de los sacerdotes”.
Sabemos que llega Montsalvatge a Cartagena – Colombia- en 1855. Le llama Arboleda exfraile naufrago, que a pesar de haber perdido todos sus libros y pertenencias, comienza una labor evangelizadora original apoyado por la Sociedad Bíblica Americana. Dice también que llegó a tanto su trabajo que unos 6.000 fieles de Barranquilla, aprovechando un disgusto con el obispo de Cartagena, querían establecer un templo protestante bajo la guía del exfraile. Viendo la situación, el obispo cedió a las peticiones de los fieles y no prosperó la idea. . Pero es muy interesante profundizar en su trabajo, pues generó una amplia discusión al interior de la república y fue como el inicio de una presencia protestante más profunda.
El periódico El Catolicismo en sus ediciones, se dedica a criticar sus sermones examinándolos minuciosamente y a desacreditar al periódico El Tribuno de Cartagena, que publicaba los sermones del capuchino.”
Pero la originalidad también residía en su forma de anunciarse. El 9 de Agosto de 1955 anuncia el principio de sus actividades con el siguiente programa:”El reverendo Ramón Monsalvatge, ministro protestante i Ajente de la Sociedad Bíblica del Norte América, anuncia a los extranjeros y masones, residentes en Cartagena, que cree deber permanecer algunos meses en esta ciudad, i que se ofrece a ellos en todo lo relativo a su ministerio; por consiguiente se le podrá llamar a todas horas para bautizar, casar, enterrar, etc, en el Hotel Calamar.
Así mismo suplica la asistencia de todos los amantes del culto cristiano reformado, para la lectura, oración i predicación evangélica en castellano, que tendrá lugar los domingos a las ocho en punto de la mañana, en la sala alta del edificio de la Merced. El próximo domingo 12, principiará el culto a la hora ya indicada”.
Los clericales católicos instigarán para que no prosperen aquellas reuniones novedosas y el periódico el Tribuno, mas dialogante, dirá :
“Confesamos sinceramente que nos es imposible describir todas las emociones que experimentamos durante la ceremonia. Especialmente la que nos produjo el orden y la circunspección del auditorio, aunque todos éramos católicos con excepción de unos pocos... En otro tiempo no hubiera podido ser así y prueba de una manera indudable que el pueblo de Cartagena ha adelantado en cultura, tolerancia y en desvanecer toda clase de preocupación”.
Montsalvatge había traído de Nueva York un armonio y colocado bancos y libros de la Sociedad Bíblica con el propósito de establecer la primera iglesia en Cartagena en vista de la buena disposición de los legisladores nacionales. Sin embargo no pudiendo pagar más el arriendo del edificio de la Merced, tuvo que marcharse con la alegría del clero católico.
No se sintió derrotado por sus circunstancias y unos meses mas tarde, el primer misionero americano que vino a Colombia, Henry Barrington Pratt de Princeton, encontraría a Montsalvatge en Cartagena y lo alistaría a sus servicios en la distribución de Biblias para la Sociedad. Prepararía Pratt la primera impresión del Nuevo Testamento en Colombia en 1857 y en 1874 instalaría una prensa moderna para producir literatura evangélica en Bucaramanga. En 1861 un miembro del Tribunal Supremo escribiría al presbiteriano McLaren, en nombre del Presidente, para viniesen mas misioneros a Colombia y eran tales los deseos que ofrecieron hasta las instalaciones católicas.
Ese mismo año se fundaría en Bogotá la primera iglesia presbiteriana fruto, entre otros misioneros, del buen trabajo de Monstsalvatge. Trabajos que le llevarían a Nueva Granada según le notifica a Sociedad con grandes deseos de predicar y repartir las Escrituras y también de reparar el cementerio Protestante, apoyado por la Board
Aparecerá Montsalvatge como traductor de la “Historia de la Reformación en el siglo dieciséis de D’Augbigne en 2 tomos y publicada en Nueva York en 1850. También será enviado a Venezuela según una crónica de Nueva York publicada en el The Primitive Church Magazine y aparece entre las minutas de la iglesia Presbiteriana de Estados Unidos según su asamblea general.
Ciertamente Montsalvatge no es persona ficticia como dirá Menéndez y Pelayo, sino una persona real que recorrió Europa y América predicando el Evangelio.
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