Urnas de cristal (2)

Parece ser que en el futuro –en nuestra vida  las transformaciones políticas y sociales se plantearán a escala referendumdial.

Eso lo dice hasta el reciente Presidente MACRON, quien parece haber anunciado que si sus reformas a la República no se aceptan, promoverá un referéndum.

Nuestros políticos, para motivarnos a acudir a las urnas de cristal, de cartón o de barro, nos revelan –sobre todo si no se vota a unos sobre otros  que habrá a gran escala graves dificultades económicas en el campo laboral y en el alimentario, el industrial, en el agrícola, en el bancario: lo cual ni es futuro, ni sorprende.

Parece ser, dicen otros, que tras las urnas, brillará por fin la edad de oro del bienestar tecnológico, los humanos seremos subempleados de los robots, trasplantes de cerebros, bases espaciales y estaciones galácticas, reproducción controlada, centros comerciales con vientres de alquiler o más finamente dicho: amor subrogado; vida hasta los doscientos años; vacaciones submarinas y espaciales.

No sé si, con tanta proyección hacia adelante, se nos enseñará Ética, Moral, Vida Interior con sentido, Amor genuino, ni si se continuará la Justicia, porque ese es otro asunto.

En cualquier caso lo que pienso “Desde el Corazón” les caerá a no pocos de mis lectores tan ajeno y trasnochado como a mí la Liga Hanseática.

Se trata de una inventada nueva normativa definida como Ley del Referéndum de Autodeterminación de Cataluña, que parece más bien un fraude jurídico que no tiene en cuenta la Constitución y que incurre en una ruptura legal. Unos cuantos muchos hablan de ella, pero al parecer nadie la firma, ¿será por algo que se ha hecho en un Teatro y no en el Hemiciclo?

Si fuera yo católico romano diría en buen humor: ¡que San Francisco de Asís nos coja confesados el 4 de Octubre que es fecha de su santoral! y es que en el fondo, es un conglomerado más de los muchos que se inventan los políticos para defender sus ambiciones con el pretexto de defender sus ideales.

Este “aprendiz de escribidor” nunca he intervenido en política activa. Lo mío es otra cosa, sin descartar el defender valores más allá de la política.

En política yo, como en el fútbol, aplaudo o silbo. Es una humilde disciplina que me impongo a mí mismo, “examinarlo todo y retened lo bueno” siguiendo el sabio consejo del Senador de Tarso, quien además reclamaba a los Tesalonicenses: “estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra”.

Y es que hay tiempos en que los Gobiernos con sus políticos profesionales y los pueblos caminan en direcciones divergentes, y son los Gobiernos y los políticos los que han de corregirse.

Cada vez más, al menos yo, muchas gentes no se sienten representadas por los representantes que elegimos. Llevamos nuestro voto a las urnas de cristal, pensando en los programas, en los ideales proclamados en las buenas promesas escuchadas, para descubrir después, que en aras de obtener puestos, Alcaldías y cargos, los que disputaban entre sí, se unen entre sí en inverosímiles proyectos de Ley, ufanándose después de qué unidad y consenso hay entre los políticos.

Un claro ejemplo: todos los partidos políticos manifestándose aunque sólo fuera para la foto, para apoyar la “ley de derechos de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, la LGBT”; una ley (y defendemos los derechos humanos de todos) que señala un colectivo intocable, una casta de los LGBT y que le otorga unos privilegios por encima del resto de los ciudadanos, lanza anatemas y coloca sambenitos ¡cual tiempos de la Inquisición! sobre todo aquel que se atreva a opinar no ya sobre las personas de esta casta, sino sobre las conductas desorientadas. Y uno se pregunta ¿yo voté por estos políticos?.

“Desde el Corazón” pienso que hay momentos en que, con claridad y urgencia, es preciso poner la sana conciencia por encima de los Gobiernos, y la ciudadanía cristiana por encima de los partidos políticos.

Porque si reflexionamos, descubriremos tarde o temprano cómo son muchos políticos; cuadro que ya nos advertía desde la antigüedad el Profeta de sangre azul, pero alejado de los sitiales reales, que incluso el mundo conoce, por la inspirada frase que como profecía de futuro proclamó: “cuando los hombres convertirán sus espadas en rejas” y que todos los políticos que visitan la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, ven la famosa estatua de un hombre batiendo una espada en una reja de arado.

Pero desconocen las advertencias que el mismo predicador hizo acerca de políticos y falsos religiosos: “sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos. No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz. Por esto se alejó de nuestra sociedad la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad. Vociferamos en manifestaciones como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de Dios, y nuestras corrupciones han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: el prevaricar y mentir contra Dios y su creatura; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira. Y así el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.  Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal o lo denunció fue puesto en prisión; en suma, pereció el derecho”. Y ¿quién pondrá su voto en la urna de cristal con unos políticos como estos?.